sábado, 4 de abril de 2015

Los baños en la Edad Media



Frigidarium de los Baños Árabes de Girona



 Baños Árabes 
(frigidarium y apodyterium)

(s. XII)

Baños árabes. Girona 




Los llamados Baños Árabes de Girona constituyen un bello ejemplo de los baños públicos en la época medieval. Inspirados en las termas romanas, su sala principal (cuya foto aportamos aquí) cumplía las funciones de apodyterium (vestuario) y frigidarium (sala de baños fríos). La pila central, de agua fría está cubierta por un templete sostenido por esbeltas columnas románicas. En otras dependencias de los baños había instalaciones para baños de vapor  (que recuerdan el laconicum romano) y un caldarium para baños calientes en bañeras adecuadas.  

Estas dependencias balnearias no eran raras en la Edad Media, que tiene fama de ser una época sucia y abandonada. Evidentemente disponer de agua caliente en las casas era difícil, pero los baños públicos eran bastante frecuentados. En una ciudad como París, que en el s. XII contaba con unos 70.000 habitantes existían 26 de estos establecimientos, 40 en Brujas y 30 en Baden Baden (Alemania) 


Detalle del apodyterium (vestuario) y del frigidarium (baño frío).
Ilustración de De balnei Puteolani de Petrus de Ebuli.  

La normativa de los baños era también estricta y estipulada. Conocemos las disposiciones de París en 1268 (Livre des métiers). No se aceptaban leprosos, ni vagabundos, ni prostitutas; no podían abrir  en domingo y días feriados y los encargados de los baños debían vigilar el buen estado de las cañerías y no verter el agua sucia a lugares que pudiesen contaminar el agua de boca. También se fijaba el precio de la entrada en 2 dineros por entrada con derecho a baño de vapor, 4 dineros por baño caliente y 1 dinero si se quería un lienzo para secarse. Los baños se anunciaban a voces por calles y plazas, aunque estaba prohibido hacerlo antes de la salida del sol.  

En los baños, como en la época romana, se podía comer y eran centro de reunión. Parece ser que hasta el s. XV no se regularon espacios u horarios separados para hombres y mujeres, por lo que ambos sexos se bañaban juntos y desnudos. El baño se tomaba, en efecto, sin ninguna prenda de ropa. Intentar cubrir alguna parte del cuerpo durante el baño habría sido interpretado como un intento de encubrir alguna deformidad o enfermedad (la temida lepra!). La desnudez no constituía un tabú durante la Edad Media, y no lo fue hasta la época de la Reforma y la Contrarreforma. 


Miniaturas representando un baño caliente
(en una tina de madera,
que solía cubrirse con una especie de tienda).
Un hombre y una mujer comparten el baño.
En la miniatura de arriba se ve una mesa preparada:
era usual comer durante el baño.

Sin embargo, en el s. XIV las cosas comenzaron a cambiar. Las ciudades habían crecido y a los acudían forasteros, que a veces se propasaban. Ciertos establecimientos de baños comenzaron a tener un poco de mala fama. Se impuso entonces la separación de sexos (generalmente iban en días diversos, como sigue haciéndose hoy en algunos hammam de los países musulmanes) 

En el s. XV las casas de baños se convirtieron en
centros de vida alegre y muchos de ellos eran
burdeles encubiertos. Miniatura flamenca (s. XV). 

La peste de mediados del s. XIV comenzó a cambiar las cosas. Los médicos recomendaban evitar plazas, mercados y baños públicos, como lugares en los que el contagio era más probable. La decadencia de los baños públicos tuvo el definitivo golpe de gracia con la aparición de la sífilis a finales del s. XV. Además la nueva moral censuraba el desnudo, y muchos de estos establecimientos tuvieron que cerrar.  

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