martes, 5 de mayo de 2015

Piel blanca, piel morena (I)






Édouard Manet
(1832 - 1883) 

Olympia  
(1863)

Óleo sobre lienzo. 190 x 130,5 cm. 
Museo de Orsay, París  




Mi amigo Manel regenta un pequeño restaurante en una calita de la Costa Brava. Muchas noches departimos sobre variados temas y en estas tertulias a veces sale a relucir la obsesión que muchas personas tienen por el bronceado y por tomar el sol. Hace poco me sugirió que podría dedicar a este tema un post en el blog, que él suele leer habitualmente, y voy a intentar hacerlo.

Como dermatólogo, suelo recomendar prudencia en lo que se refiere a la exposición solar, que causa tantos efectos nocivos. Muchas personas me argumentan que "el moreno favorece" y que "es mucho más hermosa una piel morena". Pero ¿es cierta esta afirmación? ¿es verdad que la belleza y el bronceado forman un binomio indisoluble? 

Si echamos una ojeada a la historia del arte no tardaremos en darnos cuenta de la gratuidad de tal creencia. En primer lugar hemos de señalar que la estética es una materia opinable y que ha sufrido cambios y manipulaciones en las diferentes épocas.  Frecuentemente, la belleza es aquello que el gusto de la época consigue imponer. 


Sandro Botticelli. Nacimiento de Venus. Galeria degli Uffici, Florencia. 

En lo que hace referencia al color de la piel, la piel blanca, nacarada, casi nívea, ha sido un atributo de belleza femenina durante mucho tiempo. Baste recordar por ejemplo al Nacimiento de Venus (1482) de Sandro Botticelli (que aún hoy se sigue considerando un referente estético), o la Venus del espejo, de Velázquez (1650). En ambos casos encontramos una piel blanca sin traza alguna de bronceado. 



Velázquez: Venus del espejo. National Gallery, Londres. 

El aprecio por la piel pálida continuó durante los siglos XVIII y XIX. Una buena prueba de ello son las pinturas representando también el Nacimiento de Venus  de pintores como Alexandre Cabanel (1863) William Adolphe Bouguereau (1879). Venus, diosa de la hermosura, como canon de belleza de la época. 

Alexandre Cabanel: El nacimiento de Venus (1863).
Museo d'Orsay, París. 

Bouguereau: Nacimiento de Venus (1879) Musée d'Orsay, París. 
La piel blanca de la diosa y las ninfas contrasta con la piel bronceada de los tritones.

Édouard Manet (1832 - 1883) escandalizó a la sociedad de su época con su Olympia (el cuadro que preside este post). Se trata de una parodia de una obra clásica (La Venus de Urbino, de Tiziano), en la que la diosa del amor es substituída por una refinada prostituta parisina, que no muestra idealización alguna: la meretriz no parece ni avergonzada ni arrepentida por su trabajo. Por el contrario, mira de forma provocativa y descarada al espectador. Su piel, tema del que nos ocupamos hoy, aparece blanca, un atributo indispensable de belleza, en vivo y buscado contraste con la sirviente negra que le lleva un ramo de flores, probable presente de algún cliente o admirador.  La cara de la negra, de tan oscuro casi se confunde con el fondo y subraya así la marfileña blancura de Olympia. 


D.G. Rossetti: Venus verticordia (1864) 
Más o menos en esta época, en la Inglaterra victoriana, apareció el movimiento conocido como la Hermandad prerrafaelita, un grupo de pintores que querían retornar al estilo de pintura anterior a Rafael y reivindicaban la influencia de los primitivos pintores flamencos e italianos. En las obras de estos artistas continúa el culto a la piel nacarada. En los cuadros de Everett Millais, W.H. Hunt  o Dante Gabriel Rossetti podemos ver resplandecer la belleza de los cutis blancos, porcelánicos.  La musa de este grupo, Lizzie Sidal, esposa de Rosetti, que fue modelo para muchas de las obras de los prerrafaelitas lucía una piel blanquísima, inmaculada,  marmórea, sin traza alguna de exposición solar. 

D.G. Rossetti: Lady Lilith (1868) 

Por lo tanto, como vemos, no siempre la piel morena ha sido sinónimo de hermosura, sino todo lo contrario. La belleza estaba asociada a una piel blanca, pura, sin rastro de manchas ni de bronceado. Entonces, ¿cuando comenzó la moda de ponerse moreno? A este tema dedicaremos el próximo post


Mujeres prerrafaelitas: 















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