lunes, 29 de febrero de 2016

Van Gogh (II): La visión amarilla







 Vincent Van Gogh

Retrato del Dr. Gachet 
(1890)

Óleo sobre lienzo. 
68 cm × 57 cm
Colección particular (*)


En una conversación reciente con una amiga, la prestigiosa pintora Adelaida Murillo, surgió el tema del curioso predominio del amarillo en los cuadros de Van Gogh y de sus posibles causas. 

Desde luego una primera explicación es la puramente artística. Van Gogh quería captar la brillante luz del Mediterráneo, el esplendor dorado de los girasoles, las rubias extensiones de los trigales de Provenza. Para ello, incorporó las novedosas pinturas que se fabricaban en el último cuarto del s. XIX a base de cromato de plomo y que dieron la brillantez deseada a sus obras. Sin este tipo de pinturas su obra hubiese sido distinta. 


Van Gogh: Campo de trigo con segador a la salida del sol. Musée d'Orsay, Paris. 



Pero también hay otros motivos. Es bien conocida la afición a la bebida del artista y muy especialmente a la absenta, una bebida muy popular en los ambientes bohemios de aquel tiempo. Se trataba de un licor de muy alta graduación alcohólica elaborado además con sustancias adictivas y alucinógenas, entre las que cabe destacar la tujona, un aceite relacionado químicamente con el alcanfor. El consumo excesivo y crónico de esta sustancia puede ocasionar que se vean los objetos rodeados por un halo amarillo. 

Pero no solamente era absenta lo que tomaba Vincent. También acostumbraba a mordisquear los pinceles, llenos de manchas de pintura bastante tóxica y tomaba tragos de trementina. 

Otro posible motivo está relacionado con una intoxicación por digitálicos, sustancias derivadas de la planta Digitalis purpurea, conocida popularmente por dedalera. Hoy en día se consume sobre todo la digoxina, en fármacos indicados en problemas cardíacos. Aunque actualmente no es frecuente observar efectos adversos sobre la visión (ya que se realizan controles sobre los niveles de digital en la sangre), antiguamente no era raro que los pacientes que lo consumían refirieran que veían todo con un color amarillento o con halos amarillos. Este efecto se denomina xantopsia (del griego xantos, amarillo).  


Retrato del Dr. Felix Rey. Museo Pushkin. Moscú.

Es probable que el médico de Van Gogh, el Dr. Gachet, le hubiera recomendado un tratamiento con digital para  sus crisis maníaco-depresivas, ya que en aquel tiempo era un tratamiento al que se le atribuían propiedades sedantes y antiepilépticas. El propio Van Gogh retrató al Dr. Gachet con un ramo de dedalera (Digitalis purpurea) en su mano. Y la digital no era el unico farmaco: para calmar sus frecuentes dolores de estómago le administraban santonina, un derivado de la planta Artemisia maritima, usado como vermífugo y que también produce xantopsia (visión amarilla). 

Muchos otros cuadros de Van Gogh aparecen con un marcado y obsesivo color amarillo: Los girasoles, Campo de trigo con segador y sol, El café de noche, La casa amarilla, y sobre todo los halos de las estrellas en Noche estrellada. También ciertos retratos como el del Dr. Gachet, el Dr. Félix Rey, La arlesiana e incluso algunos de sus propios autorretratos presentan un predominio del amarillo en la tez muy poco natural.  


Van Gogh: Autorretrato con sombrero de paja (1889)
Finalmente, se ha apuntado también la hipótesis de que el pintor pudiera estar afectado por un glaucoma.  El aumento de la presión intraocular también puede provocar un edema en la córnea, de forma que la refracción de la luz se ve alterada y se pueden ver halos coloreados alrededor de las fuentes de luz. Personalmente lo estimo menos probable ya que el glaucoma suele afectar a personas de más de 40 años, y raramente se presenta antes. Vincent Van Gogh se suicidó a los 37 años. 

Sea como fuere, parece que aparte de las razones puramente artísticas, hay sobradas razones para pensar que Van Gogh veía el mundo teñido de un brillante, obsesivo e intenso color amarillo. Y así nos lo transmitió. 


Bibliografía: 

Doña, F. 
Amarillo Van Gogh. ¿por decisión del pintor o por motivos médicos? Siguiendo a Letamendi (blog)  https://letamendi.wordpress.com/2015/05/14/amarillo-van-gogh/

Neuronas enlatadas. Van Gogh y su época amarilla, ¿propia decisión o efecto secundario? http://neuronasenlatadas.blogspot.com.es/2011/09/van-gogh-y-su-epoca-amarilla-propia.html



Gargantilla, P. (2015): “El Doctor Gachet”. Noticias Médicas; 4.000: 15.

Vallejo-Nágera, J.A. (1979): Locos egregios. 7ª ed. Madrid, Dossat: 261-287.



Bedroom in Arles Vincent van Gogh: 





domingo, 28 de febrero de 2016

Van Gogh (I): el hombre y el artista







 Vincent Van Gogh

Autorretrato
(1889)

Óleo sobre lienzo. 
65 x 54 cm.
Musée d'Orsay. Paris. 



Vincent Van Gogh (1853-1890) es uno de los casos más curiosos de la historia de la pintura. Nacido en el seno de una familia que contaba entre sus miembros con algunos marchantes de arte, trabajó durante unos años en la galería familiar. Esto le permitió conocer a fondo las obras de los  pintores holandeses del siglo XVII, especialmente Rembrandt, Hans Hals y Ruisdael. Así lo confesaba Vincent en una carta a su amigo Émile Bernard: 


“Cuando visito el Louvre, cosa que sigo haciendo, con gran emoción voy, antes que nada, a ver los cuadros de los holandeses, especialmente los de Rembrandt.

Van Gogh era también muy aficionado a la literatura – que le llevó a trabajar durante un tiempo para una editorial - y mantuvo cierta amistad con algunos de los grandes escritores de su tiempo. Su afición hizo que en algunos de sus cuadros aparezcan algunos libros concretos. Es el caso del retrato del doctor Gachet, en el que el médico aparece apoyado en dos novelas de los hermanos Goncourt. Van Gogh era un pintor fuertemente intelectualizado y en otras ocasiones, sus lecturas inspiraron directamente su pintura. 





Vincent Van Gogh: Los comedores de patatas (1885) 


Van Gogh era un hombre inquieto. Su padre era pastor evangelista y, en 1877, Vincent intentó seguir su ejemplo: tras formarse adecuadamente, pasó un tiempo evangelizando a los habitantes de Borinage, una zona minera muy pobre de Bélgica. En esta época pintó cuadros oscuros y tristes, como los comedores de patatas, denunciando la miseria de las gentes que sobrevivían sólo comiendo patatas hervidas, por carecer de otro recurso. Se trata de una obra con gran intencionalidad de crítica social, como él mismo reconocía: 


"He querido poner conscientemente de relieve la idea de que esa gente que, a la luz de la lámpara come patatas sirviéndose del plato con los dedos, trabajó asimismo la tierra en la cual las patatas han crecido; este cuadro, por tanto, evoca el trabajo manual y sugiere que esos campesinos merecen comer lo que honestamente se han ganado. He querido que haga pensar en un modo de vivir muy diferente al nuestro. Así pues, no deseo en lo más mínimo que nadie lo encuentre ni siquiera bonito ni bueno" 


Estas reivindicaciones sociales y su manera de entender la religiosidad primitiva chocaron con las ideas de la jerarquía eclesiástica y finalmente Vincent dejó su ministerio. 
Vincent Van Gogh siempre había tenido ciertos problemas mentales que se fueron agudizando a lo largo de su vida. A ellos se han atribuido muchos rasgos de su pintura. Es bien conocida su pelea con Paul Gaugin, que acabaría con la automutilación de Van Gogh y su posterior ingreso en un centro psiquiátrico. 
Además su obra fue tardía: hasta 1880, apenas había esbozado algunos dibujos. Además nunca vendió un cuadro, a excepción de La viña roja, que le compró en 1890 la pintora belga Anna Boch por 400 francos. 


Vincent Van Gogh: La viña roja (1888)



Su azarosa vida, que terminaría en suicidio y su preciada pintura han hecho de Van Gogh un artista legendario. Su cotizadísima pintura se analiza constantemente buscando ocultos significados y simbolismos. 

Uno de los temas que más se han discutido es el predominio del amarillo en muchos de sus cuadros. Evidentemente, lo más obvio es la obsesión de Van Gogh por la intensidad del sol meridional y los intensos amarillos de los girasoles y los trigales provenzales. Tanta era su obsesión por la intensa luz que Vincent sufrió en Arles diversos episodios de insolación que le provocaron algunas de sus crisis. 

Para plasmar mejor la brillante luz del sur, Van Gogh introdujo una novedad. Adquirió pintura al cadmio, que proporcionaba un amarillo brillante e intenso. Estas pinturas se comenzaban a fabricar industrialmente en aquel momento y daban unas posibilidades pictóricas desconocidas hasta entonces, y que tuvieron una gran importancia en sus obras. Vincent, no contento con ésto solía mezclar pintura blanca de bario con la amarilla, obteniendo todavía un amarillo más intenso y deslumbrante. 

Pero además hay otras razones que explican la preferencia de Van Gogh por este color, de lo que trataremos próximamente con mayor detalle.  


Vincent Van Gogh - Biografía




viernes, 26 de febrero de 2016

Isabella y el tiesto de albahaca







 William Holman Hunt

Isabella y la maceta de albahaca
(1868)

Óleo sobre lienzo. 
60.7 x 38.7 cm.
Former Collection. Delaware Art Museum 




William Holman Hunt (1827-1910) fue un pintor británico, fundador, junto con Dante Gabriel Rossetti y John Everett Millais, la Hermandad Prerrafaelita. Los prerrafaelitas  proponían inspirarse en los primitivos italianos y flamencos del siglo XV, anteriores a Rafael. Rechazaban la pintura académica, que consideraban una mera repetición de clichés y propugnaban el retorno a lo espiritual y sincero en el arte. 

Las obras de Hunt no tuvieron al principio demasiado éxito, siendo descalificadas por la crítica. En los comienzos de su carrera su interés por el realismo le llevó a pintar escenas de la vida cotidiana tanto en el campo como en la ciudad, como Pastor veleidoso (The Hireling Shepherd, 1851) o El despertar de la conciencia (The Awakening Conscience, 1853). Esta última escandalizó al público por mostrar sin ambages una relación extramatrimonial. Fue también un notable paisajista. Sus pinturas concedían una gran atención al detalle, y mostraban un vívido colorido y un elaborado simbolismo religioso. 

La fama le llegó con sus obras de temática religiosa, como La luz del mundo (The Light of the World). Viajó a Palestina para documentarse y captar el ambiente para obras de carácter bíblico y para pintar varios paisajes de la región.

Hunt pintó también obras basadas en poemas de la tradición literaria inglesa, desde Shakespeare a Keats, como Isabella o la maceta de albahaca 

La historia de Isabella, que está inspirada en un texto del Decamerón de Bocaccio y fue reelaborada por Keats, es un ejemplo del simbolismo de vegetación que frecuentemente se concede a los cabellos. 

La historia es la de una doncella llamada Isabella, hija de un rico comerciante en la Florencia del Renacimiento. Al fallecer su padre recibió una sustanciosa dote como herencia, que su padre le había legado a fin de que pudiera realizar un buen matrimonio. Pero los avariciosos hermanos de  Isabella, planearon casarla con un hombre ya acomodado, que se conformase con una pequeña parte de la dote y así ellos poder quedarse con el resto. 

Isabella se enamoró de Lorenzo, un joven muchacho que trabajaba con los hermanos como mozo de almacén. Era pobre pero bello y apasionado y su cabellera desprendía un agradable aroma a albahaca. Los hermanos de Isabella se oponen a esta relación, por lo que los jóvenes deciden casarse en secreto. Pero los hermanos traman un plan: deciden enviar a Lorenzo a realizar un trabajo al bosque, donde le tienden una emboscada, lo asesinan y lo decapitan. 

Lorenzo entonces se aparece en sueños a Isabella y refiere a su amada lo sucedido, revelándole el lugar donde está enterrado. Isabella entonces, loca de amor, fue a buscar la cabeza degollada de Lorenzo y se la lleva a casa. La enterró en una maceta, y plantó una albahaca encima. Cada día, Isabella, con el juicio perdido, irá a acariciar con sus cabellos la planta de albahaca, viva personalización de Lorenzo. 

En esta leyenda podemos encontrar un rico simbolismo: la identificación de los cabellos con la vegetación, y el erotismo y el amor expresados en una caricia efectuada con el cabello. Algo que pone de manifiesto la importancia cultural y expresiva del pelo. 


William Holman Hunt: 



jueves, 25 de febrero de 2016

La enfermedad de Job.







 Albert Dürer

Job y su mujer
(1503-1504) 

Óleo sobre tabla 
96 x 51 cm.
 Städelsches Kustinstitut. Frankfurt




La figura de Job ha llegado a nuestros días como el paradigma de la resignación: tener más paciencia que Job es una frase hecha para indicar una proverbial entereza frente a dificultades de todo género. 

Job (en hebreo איּוב : ı̂yôb; en árabe: أيوب, Ayyub) es el protagonista del Libro de Job, uno de los libros bíblicos en el que se relata una opresiva prueba establecida por un ángel caído, con la autorización de Dios. Sin embargo, a pesar de las más terribles dificultades Job no desespera y logra demostrar su fidelidad al Creador. Por esta razón, se le considera un modelo a seguir y alcanza la categoría de  profeta en las religiones abrahámicas: el judaísmo, el cristianismo y el Islam. 
Léon Bonnat: Job. Museo del Louvre. París
Job era un rico ganadero,  que gozaba de gran consideración social y muchos amigos. Vivía en el reino de Edom, en una lujosa casa con sus siete hijos y tres hijas y disponía de numerosos sirvientes. Era muy virtuoso y alababa a Dios constantemente dando gracias por todos los bienes recibidos. 

Pero Satán quiso retar a Dios con el argumento que el amor que Job le profesaba era a causa de la fortuna recibida y no por auténtica fe. Para probar la integridad de Job, Yahvé concedió a Satán el permiso para someterlo a toda suerte de dificultades en un plazo determinado, con una única restricción: que no le quitara la vida. 


William Blake: Satán cubre de úlceras malignas a Job (1826 circa)
Tinta y tempera sobre caoba. 326 x 432 mm. Tate Gallery. Londres. 


Los tres amigos lamentando el estado de Job, abandonado y cubierto de úlceras en el estercolero. William Blake. Ilustración para el Libro de Job.



Satán entonces, sometió a Job a múltiples desgracias,  como enfermedades (especialmente úlceras y enfermedades de la piel, visibles y repulsivas), el ataque de caldeos y sabeos a sus criados y propiedades, y una  epidemia que causó una gran mortandad de su ganado. Job arruinado, conoció la miseria, fue repudiado por su mujer y vió incluso la muerte de sus hijos. En medio del estercolero en donde se ve obligado a vivir, cubierto de hediondas úlceras, y abandonado de todos Job continuó alabando impertérrito a Dios. 


Job cubierto de úlceras, tendido en el muladar. 
Ilustración de la Biblia siríaca
Terminado el plazo establecido, y habiendo Job demostrado su inquebrantable fidelidad a Dios (Job 42),  le fue restituida su anterior felicidad y su fortuna se vió doblada.

En el caso de Job la enfermedad fue permitida por Dios para probar su bondad. Vemos pues que la enfermedad inmerecida, hasta entonces concebida solamente como castigo de pecadores y flagelo de enemigos e impíos, aparece ahora como probatoria de la virtud. Una nueva concepción que encontrará un especial desarrollo entre los místicos del s. XVI, en los que sufrir males crónicos, dolorosos o repugnantes puede ser considerado como demostración de su santidad. 


José de Ribera: Job en el muladar. Las lesiones representadas recuerdan un ectima. 





Muchas han sido las interpretaciones de la enfermedad bíblica de Job, desde la sarna al pénfigo. Según el relato bíblico sus síntomas eran muy diversos: intenso prurito (Job 2:7-10), aparición de gusanos en las úlceras (Job, 7:5), y oscurecimiento de la piel (Job, 30:30). En 1972 fue descrito un síndrome con hiperglobulinemia E autosómico dominante, inmunodeficiencia que cursaba con eccemas, múltiples abscesos cutáneos por estafilococos, neumonía recurrente con formación de neumatoceles al que se le dio el nombre de síndrome de Job, por la variedad y cronicidad de su semiología.


Bibliografía

Buckley R, Wray B, Belmaker E. Extreme hyperimmunoglobulinemia E and undue susceptibility to infection. Pediatrics 1972, 49 (1): 59–70.

Book of Job (1785-1826) William Blake: