domingo, 8 de mayo de 2016

Curando el trasero del rey








Monje curando el trasero del rey
(finales del s. XIV)

Capitel de una ventana del Palacio Real

Real Monasterio de Santa María de Poblet





El Real Monasterio cisterciense de Santa María de Poblet es un compendio completo de Historia de Catalunya. Este importante cenobio gozó del favor real y le fueron concedidos multitud de privilegios y distinciones. Aquí, en el Panteón Real cercano al altar mayor de la iglesia están enterrados ocho reyes de la Corona de Aragón y multitud de nobles y guerreros de la época medieval. 


Cimborrio de la iglesia. Monasterio de Poblet. 
Adosado al monasterio se encuentra el Palacio Real, construído en tiempos del rey Martí l'Humà (1356-1410). Al rey le gustaba cazar por los bosques cercanos a Poblet y con este motivo hizo edificar esta pequeña residencia. Desde una ventana de su habitación podía asistir a la misa monástica sin bajar a la iglesia. Por cierto, que cuando Felipe II visitó Poblet, le complació tanto esta idea que hizo que le instalaran una ventana similar en El Escorial, entonces en construcción. Al parecer también se inspiró en Poblet para reunir en el monasterio escurialense las sepulturas reales de la monarquía hispánica. 



Detalle de la tumba del rey Martí l'Humà, en el monasterio de Poblet. 




El capitel está situado en uno de los ventanales de estilo gótico civil,
en el palacio del Rei Martí, contiguo al monasterio. 



Las ventanas del palacio del rey Martí que dan al claustro del monasterio son de un primoroso gótico civil, con capiteles en los que figuran personajes e historias diversos. Algunos muy anecdóticos, como el que comentaremos a continuación. 

La afición por la caza del rey le llevaba a recorrer los bosques cercanos a Poblet en busca de piezas cinegéticas. según una antigua leyenda, el rey, en una de sus salidas,  tuvo la mala suerte de caer sobre un zarzal, clavándose muchas espinas en los muslos y nalgas. Así llegó como pudo al monasterio donde necesitó la asistencia debida a su accidente. Y precisamente éste es el momento que se refleja en el capitel: el rey, inclinado, recoge su ropa para mostrar sus posaderas heridas a un monje que se dispone a retirar con pinzas las espinas y a aplicar un ungüento del frasco que sostiene con la otra mano. Un tratamiento necesario, ya que algunas de las heridas provocadas por espinas pueden sobreinfectarse y causar abscesos o granulomas de cuerpo extraño. Aunque no faltan quienes atribuyen la escena a posibles hemorroides u otra patología anal del monarca. 

Ciertamente, es una escena curiosa y muy poco habitual en las representaciones medievales. Y mucho menos tratándose de la figura de un rey.  

Ah! y si alguna vez visitáis Poblet, cosa que os recomiendo encarecidamente, buscad el capitel. Aunque tal vez os costará un poco encontrarlo, porque generalmente, los guías no lo enseñan.  

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