lunes, 17 de octubre de 2016

Arañas (II): Picaduras y toxinas





  Gustave Doré

Ilustración para el Purgatorio 
(Canto XII)

Grabado para el libro 
Divina Commedia de Dante Alighieri
París


O folle Aragne, sì vedea io te
già mezza ragna, trista in su li stracci

de l’opera che mal per te si fé. 

Oh, alocada Aracne, como transformada te veía
ya medio araña, envuelta triste en los harapos
que por tu desgracia en tu telar tejías!

Dante Alighieri: Divina Commedia. 
Purgatorio. Canto XII, 43-45



En el Canto XII del Purgatorio de la Divina Comedia, Dante Alighieri nos relata como sigue a Virgilio al lugar donde purgan su culpa los soberbios. Allí encuentran muchos personajes mitológicos y bíblicos de proverbial orgullo (Nemrod, Niobe, Saúl, Alcmeón, Senaquerib, Roboam...) Al fondo, Dante distingue a la insensata Aracne, la tejedora cuya habilidad inaudita la llevó, engreída, a desafiar a Palas Atenea en la confección de un tapiz. Castigada por su osadía a convertirse en araña y a hilar eternamente por la boca (para que no pueda volver a retar a nadie), yace en el Purgatorio envuelta en los mismos harapos que ella misma había tejido antes. 

Este es el mito clásico sobre las arañas, que ya desarrollamos extensamente en otra de las entradas del blog. Hoy nos ocuparemos de las eventuales picaduras que las numerosas especies de arañas pueden causar a los humanos. 

Las arañas pueden morder con sus poderosas mandíbulas, los quelíceros, que producen una mancha roja con dos puntos en el centro. Aunque la mayoría de picaduras de araña no son demasiado relevantes. La mayoría apenas causan mayores problemas que las de la mayoría de insectos. 

Sin embargo, hay tres especies cuya picadura puede causar problemas de importancia: la araña violín o araña de los rincones, la viuda negra y las tarántulas.  


1. Viuda negra (Lartrodectus tridecimguttatus


Tras su mordedura se aprecia  una pequeña mancha rojo vinosa con escasa clínica local. Su veneno es potente, pero la cantidad que inyecta normalmente es muy pequeña debido a su tamaño. El veneno es neurotóxico y el efecto es muy rápido (5-15 minutos), manifestándose como dolor intenso localizado, náuseas, cefaleas, sudor frío y fiebre. Un poco más tarde puede aparecer un cuadro general con agitación, hiperhidrosis, sialorrea, rinorrea, epífora, oliguria, opresión torácica, espasmos musculares (de predominio lumbar y toracoabdominal), náuseas, cefaleas, sudor frío y contractura en flexión de extremidades con incapacidad para la marcha. Al cabo de las horas hay un claro predominio de la rigidez abdominal (que llega incluso a presentarse vientre en tabla). El tratamiento es sintomático con reposo, analgésicos potentes, miorrelajantes, metocarbamol y neostigmina si aparecen síntomas colinérgicos. El gluconato cálcico y el dantroleno son útiles para la rigidez abdominal. El suero antilactrodéctico es controvertido y se reserva para los casos muy graves en niños pequeños, ancianos, enfermos coronarios, casos de HTA grave y, según algunos autores, embarazadas. A pesar de presentarse un cuadro tan grave, la evolución suele ser favorable en el 95% de los casos.






2. Araña de los rincones (Loxosceles rufescens)


Loxoceles rufescens es la araña violín, así llamada por presentar una silueta roja que recuerda este instrumento en su dorso. Son arañas de actividad principalmente nocturna que se alimentan de pequeños insectos y se reproducen fundamentalmente en la época de verano. No suelen ser agresivas y atacan solamente si se sienten amenazadas y no pueden huir.  En otros países (África y América del Sur) podemos encontrar otras especies (L. laeta, L. reclusa) que pueden causar formas de loxocelismo más graves.  

En el loxocelismo cutáneo, durante las primeras 6 a 12 horas de evolución aparece una mácula violácea equimótica, rodeada por un área pálida isquémica, y bordeada más externamente por un halo eritemato-violáceo mal delimitado.


Esta lesión en escarapela, con 3 áreas bien diferenciadas, es conocida como placa livedoide o mancha marmórea, que se desarrolla en un 75% de los casos. A las 24 a 48 horas de la mordedura, la placa está ya claramente constituida, alcanzando una extensión muy variable (que puede oscilar entre 3 mm. y más de 30 cm.) En su superficie pueden observarse una o mas ampollas de contenido seroso o hemorrágico.

Posteriormente suele formarse una costra o escara necrótica, con pérdida de la sensibilidad de la parte central, mientras que en la periferia se mantiene la hiperestesia o incluso una sensación claramente dolorosa. La escara se desprende al cabo de 3 a 6 semanas, dependiendo de su extensión y profundidad, cediendo el dolor. 

La úlcera que se produce al desprenderse la escara cicatriza en plazos variables. Menos frecuente es la evolución hacia la curación con descamación, sin producirse una escara. Cuando hay una infección piógena secundaria puede aparecer una apenopatía regional. 

En otros casos se produce un extenso edema, sin eritema ni necrosis, especialmente cuando hay compromiso de la cara. El edema es duro, elástico y doloroso, y puede llegar a ser de gran tamaño. 



3. Tarántula europea (Lycosa tarantula)

En Europa, la mayor de las arañas es la llamada araña lobo o tarántula europea (Lycosa tarantula), con el cuerpo cubierto de pelos. La hembra, más grande, no suele salir de su guarida subterránea, y sólo sale para atrapar a las presas que pasan por delante de su entrada, en donde prepara una telaraña en forma de embudo. El macho, de menor tamaño, lleva una vida más errante, recorriendo su territorio. Su picadura es dolorosa, pero no mortal. El dolor que ocasiona es comparable al de una picadura de abeja.  

Durante la Edad Media se creía que para vencer el veneno de estas tarántulas había que bailar. En Italia dio lugar al baile conocido como tarantella, pero en otros lugares también se originaron bailes similares, como es el caso del Alto Aragón. 

Podéis ampliar el tema de las picaduras de araña en este enlace al blog Dermapixel de la Dra. Rosa Taberner 



Bibliografía


Hernández N, Alonso JM, Fuentes A. Loxoscelismo cutáneo. Rev Clin Med Fam 2012; 5 (1): 73-75 

López A. La tarántula española. http://www.countrysessions.org/blog/?p=10911

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