jueves, 7 de enero de 2016

Trotula, una mujer en la escuela médica de Salerno







 John William Waterhouse

Trotula de Salerno
(1911-1914)


Colección privada




Trotula de Ruggiero (s. XI) fue un importante miembro de la escuela médica de Salerno, una de las primeras universidades laicas de Europa. La escuela de Salerno aceptaba mujeres entre sus profesores y alumnos, y Trotula fue uno de los más destacados ejemplos de ello. 

Trocta o Trotta que pronto fue conocida como Trotula de Salerno, ejerció la Medicina y escribió varios tratados. La Salerno longobarda y normanda fiue el mejor lugar para que se desarrollara su espíritu cosmopolita. A Trotula le interesó especialmente las cuestiones relacionadas con la mujer (Ginecología, Obstetricia, Cosmética). Destaca especialmente por sus contribuciones a propósito de la menstruación y al parto. Es decir una medicina para la mujer, desarrollada por mujeres. Para ello se inspiró en obras previas como las de Constantino el Africano, un médico y gran viajero. Constantino había traducido las obras de Galeno y de traductor de las obras de Galeno y traductor de las obras de Galeno y el Viaticum die Ḥunàin Ibn Isḥaq, un médico árabe conocido en Europa como Giovannizio. Trotula pues fue una figura clave para recuperar la cultura médica árabe y helenística.   

Con ideas muy avanzadas para su tiempo, defendió que se administrasen opiáceos a las mujeres con dismenorrea, práctica muy cuestionada por la Iglesia y otros sectores, que defendían la maldición bíblica de "parirás tus hijos con dolor". También afirmaba que la esterilidad no siempre era un problema de la mujer, sino que podía afectar también al hombre, lo que contrastaba con las ideas más extendidas. Sin embargo, las ideas judeocristianas hegemónicas condicionaron en algunos casos sus opiniones: creía que las mujeres eran más susceptibles de enfermar debido al pecado de Eva, y que por lo tanto necesitaban mayor atención médica. 

Tal vez la mayor aportación de Trotula de Salerno fue enfatizar la importancia de la prevención y de la higiene, de las curas suaves, de manera que el remedio no sea peor que la enfermedad. Su principal virtud fue esta delicadeza, su intento de ponerse en el lugar de la mujer enferma, algo mucho más fácil para una mujer que para un hombre, y también la mayor facilidad en la exploración, ya que el pudor al explorar a una mujer ponía obstáculos a la realización de exploraciones por parte de médicos masculinos. 
También el planteamiento laico de sus obras es sorprendente. Considerabael deseo sexual femenino como algo natural y no condenable moralmente, con clara discordancia con la tendencia religiosa imperante. Trotula se acercaba en esto a planteamientos neoplatónicos. 


Trotula colaboró con su marido, Giovanni Platearius - también profesor de Medicina en Salerno - en la redacción de la obra. Colaboró con él en la redacción de la Encyclopaedia regimen sanitatis. 

Como obra propia escribió un tratado de Ginecología y Obstetricia, el Trotulae curandarum aegritudinum mulierorium ante et post partum, más conocido como Passionibus mulierum curandorum (‘curación de las dolencias de las mujeres’), o Trotula maior, de sesenta capítulos, en el que se trata la menstruación, la concepción, el embarazo, el parto, el control de la natalidad, además de diversas enfermedades ginecológicas y de otro tipo, así como de sus remedios. Este libro fue de obligado estudio en las universidades hasta el s. XVI, y fue plagiado y citado repetidamente. 


El libro De ornatu mulierum, de Trótula de Salerno,
también conocido como Trotula minor

Otra obra suya es un tratado sobre cosmética, así como del cuidado de la piel y la higiene como prevención de enfermedades llamada Ornatu mulierum, también conocida como Trotula minorDe hecho, se considera a Trotula como la autora del primer tratado de cosmética para el uso de las mujeres. Una obras dirigida a las damas de una cierta clase social. El cuidado del propio aspecto era para ella importante, y prevenía transtornos psicológicos y sociales. Tener una cara agradable o evitar el mal olor corporal era importante para que las mujeres se sintiesen a gusto. Un planteamiento holístico de gran actualidad. 

En todo caso, Trotula constituye una excepción en el mundo universitario medieval, que era en general exclusivamente masculino, hasta el punto que algunos estudiosos llegaron a dudar de que fuese realmente una mujer e incluso en ocasiones se llegaron a citar sus obras como escritas por Trotulus (Trótulo) masculinizando así su nombre (s. XV). ¡Tanto les costaba aceptar que una mujer ejerciera magistralmente la medicina !


Ancora Trotula (en italiano)


lunes, 4 de enero de 2016

San Miguel cura la lepra









San Miguel cura a unos enfermos
(s. XIV)

Fresco 
Monasterio de Lesnovo. Macedonia. 




El monasterio de Lesnovo está situado en el nordeste de Macedonia. Es un antiguo monasterio que fue erigido en 1341 y dedicado al arcángel Miguel, tan venerado en los países ortodoxos y donde tiene fama de santo sanador. 

En Frigia, uno de los lugares en los que más tradición tiene el culto a San Miguel, hay una fuente medicinal que la tradición quiere que apareciera por obra del propio arcángel. Los enfermos acuden allí a sumergirse en sus aguas con la esperanza de curar sus afecciones. 

En el monasterio de Lesnovo se conservan algunos frescos pintados a mediados del s. XIV. En uno de ellos aparecen siete hombres con la piel cubierta de manchas rojizas, sumergidos en un estanque y recubiertos por una especie de burbuja de aislamiento. A su lado aparece el arcángel Miguel, en una columna de fuego, tendiendo la mano a los enfermos. A la derecha, hay una escena de banquete, que tal vez represente a los hombres ya sanos celebrando su curación.



Monasterio de Lesnovo










Es difícil saber a que enfermedad se refiere el fresco, ya que las lesiones representadas obedecen a un código simbólico, no real. La piel llena de manchas suele ser un mero indicativo de "hombre enfermo". Este recurso estilístico se usa sobre todo para simbolizar la lepra, enfermedad por antonomasia, descrita en la Biblia y que comúnmente, tanto en el arte bizantino como en el románico se esquematiza así. Es el caso de los mosaicos de San Salvador de Chora, en Estambul, o los de la catedral de Monreale, en Sicilia. También encontramos esta representación esquemática en las pinturas románicas de St. Climent de Taüll o esculpidas en la piedra de la portada de Moissac. 

En todo caso, una muestra de curación taumatúrgica de una enfermedad con síntomas cutáneos, atribuída al arcángel San Miguel.  





domingo, 3 de enero de 2016

El fumador de pipa.





Jan Baptiste de Wael "el Joven"

Fumador de pipa 
contando monedas
(1658-1669)

Aguafuerte. 89 x 13,2 cm 
Biblioteca Nacional. Madrid.



Este grabado flamenco del s. XVII, (cuya fotografía debo agradecer a la dermatóloga Paola Pasquali) refleja una escena popular, un género que gozó de gran difusión en los Países Bajos en esta época.  El personaje que se representa, con rasgos algo caricaturizados, probablemente con una cierta intención jocosa, está contando monedas y su cara refleja una cierta satisfacción. 

Lo que llama más la atención del protagonista es la pipa que lleva colgada en el sombrero. Es sin duda, un fumador empedernido, que lleva su pipa siempre preparada y que ha hallado este cómodo lugar para su transporte. 

La costumbre de fumar se había introducido con bastante éxito en Europa a partir del s. XVI. Las hojas de tabaco se mascaban, se aspiraban (rapé) e incluso se aplicaban en enemas. Pero sobre todo se fumaban, y lo más habitual era fumarlas en pipa. El tabaco (Nicotiana tabacum) había sido introducido en España en 1559 y un año más tarde llegó a Francia de la mano del diplomático Jean Nicot, a la sazón embajador de Francia en Lisboa, que envió unas muestras a la reina madre Catalina de Médicis por su supuesta acción medicinal (a Nicot se debe el nombre el nombre genérico de la planta Nicotiana y el de nicotina para designar a su principal alcaloide). 

Se suscitó entonces un gran interés por esta planta. Entre 1571 y 1578 el botánico español Francisco Hernández de Boncalo realizó una expedición a Nueva España para estudiar las nuevas plantas y le dedicó interesantes descripciones. En 1585 fue llevado a Inglaterra por Sir Francis Drake, y el navegante Walter Raleigh introdujo en 

 a corte isabelina la costumbre de fumar en pipa en donde pronto se consideró como un signo de elegancia y distinción. Tras la muerte de la reina Isabel (1603) le sucedió en el trono Jaime I, que odiaba la constumbre de fumar. Además el nuevo rey emprendió una política de persecuciones religiosas, por lo que muchos ingleses se refugiaron en  Holanda y Francia, llevando consigo sus pipas y las técnicas para su fabricación. Por eso, durante la Guerra de los Treinta años (1618-1648), las pipas holandesas adquirieron un verdadero auge. 



En el fumador que nos ocupa se ve una lesión en ábito inveterado de fumar. el borde del labio. Su interpretación clínica es difícil, debido a la escasez de detalles que podemos distinguir. Podría tratarse de una simple boquera, ya que está situada justamente en la comisura bucal. La costumbre de llevar la pipa en esta zona puede provocar acúmulos de saliva y la consiguiente proliferación de hongos del género Candida. Sin embargo, la lesión parece algo más engrosada, con un cierto aspecto indurado y bordes algo anfractuosos. El roce repetido puede inducir la aparición de una liquenificación.  O incluso - teniendo en cuenta el poder irritativo y cancerígeno de la nicotina - la presencia de un carcinoma espinoso, tan frecuente en personas con el hábito inveterado de fumar. 

viernes, 1 de enero de 2016

La personificación del Año







Tapiz de la Creación (fragmento)
(S. XI)

 Tapiz de lana sobre trama de lino. 303 x 282 cm.
Museu de la Catedral de Girona



El Tapiz de la Creación, de la Catedral de Girona es una obra sin parangón. En primer lugar, por la rareza del material. No son frecuentes las pizas textiles de gran tañmaño, que narran historias. Junto con el Tapiz de Bayeux, que representa la batalla de Hastings, el Tapiz de la Creación de Girona constituye la muestra más incomparable de arte textil medieval, la llamada pintura de aguja. En realidad, no es un tapiz sino un bordado, aunque ya es difícil referirse con otra denominación que no sea la de "tapiz". 


La temática central de la obra representa la Creación del Mundo, según la temática del Génesis. No hay muchas representaciones de este tipo en el arte medieval cristiano. Yo recuerdo haber visto escenas similares a las del tapiz de Girona en la catedral de Monreale (Sicilia) o en la Catedral de San Marco, en Venecia, aunque en ambos casos se trataba de mosaicos. 


Tapiz de la Creación (s. XI). Museu de la Catedral de Girona. Arriba, en el centro, la representación del Año.




Además de las escenas centrales del Génesis, el tapiz presenta una amplia orla en las que se alude al paso del tiempo y a las estaciones y los meses (menologio). Esto es mucho más habitual, y más bien es un leit-motiv románico, bastante repetido, en la que los meses se representan por las actividades de cada temporada (arado de la tierra, caza, pesca, vendimia, o bien calentarse al lado de la chimenea) 


Presidiendo este paso del tiempo, encontramos arriba, en el centro a una figura central, el Año (Annus). Se le representa como un personaje con barba, con un instrumento agrario y una rueda, que puede ser interpretada como la rueda del tiempo (el paso eterno de las estaciones, que precisamente están representadas a los lados de esta figura) o como la la rueda de la fortuna (ya que no sabemos lo que nos va a deparar el año). La rueda de la fortuna era un símbolo muy del gusto de los romanos, que creían que cuanto más arriba estabas de la rueda, más posibilidades tenías de caer, ya que la rueda giraba en el momento menos pensado, como la cambiante fortuna, siempre voluble e imprevisible. 

El Año se representa con barba, como un viejo. Es esta una manera que habitualmente se usa para representar el tiempo, que es tan antiguo como el mundo. La barba se suele asociar a la vejez, a una edad longeva, por lo que es tomado como un habitual simbolismo para representar las cosas eternas o de larga duración. La personificación del tiempo en diversas épocas suele representarse con una barba larga, como en este caso aparece el Año


Tapiz de la Creación de Girona: