domingo, 7 de febrero de 2016

Marat (IV): el enfermo




















 Jacques-Louis David

Muerte de Marat (detalle)
(1793)

Óleo sobre lienzo. 165 x 128 cm

Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica. 
Bruselas. 



En anteriores entradas hemos comentado el cuadro de la muerte de Marat de Davidy algunos aspectos de la labor  médica y política de Jean-Paul Marat (1743 -1793). También nos hemos referido a la misteriosa enfermedad cutánea de Marat, que le obligaba a tomar largos baños calientes en una bañera, donde incluso escribía algunos de sus discursos o despachaba otros asuntos y donde finalmente le dió muerte su asesina, Charlotte Corday. 

Pero, ¿cuál era esta esta enfermedad?. No tenemos ninguna descripción detallada de sus lesiones ni datos que permitan un diagnóstico seguro, por lo que se han barajado diversas hipótesis. Sabemos, sin embargo, que era una enfermedad que apareció solamente en los últimos años de su vida (3-5 años antes), lo que hace improbable el diagnóstico de dermatitis atópica, como se ha planteado en alguna ocasión. 

Jelinek (1979) describe la enfermedad de Marat como 
‘una afección cutánea crónica y adquirida, afectándole en una edad media (45-50 años), la cual comenzó en la zona perineal, se expandió a la mayoría de su cuerpo, era intensamente pruriginosa, persistió durante largo tiempo y no demostró ser letal’ (1)

La enfermedad se fue agravando progresivamente y cada vez era más pruriginosa, por lo que Marat se veía forzado a permanecer cada vez más horas sumergido en la bañera, donde encontraba algún consuelo. Así llegó a convertirla en su despacho, donde escribía y recibía visitas o mantenía conversaciones. 


Luc-Étienne Melingue. Marat escribe sus artículos 
Ya en vida de Marat la naturaleza de esta enfermedad era muy controvertida. El propio Marat comentaba que la había contraído en las alcantarillas de París, mientras huía de la policía monárquica. Sus enemigos, ansiosos de desprestigiarlo, extendieron el rumor de que se trataba de una sífilis, a pesar de que hay que señalar que las lesiones de sífilis no se acompañan de prurito. Más adelante se apuntaron los diagnósticos de eccema (Cabanés, 1913), eccema liquenificado (Hart, 1924), escabiosis (Bayon, 1945) y dermatitis seborreica (Dale, 1952). 

En opinión del reumatólogo Eduardo Puertas-Abreu, podría tratarse de una psoriasis, ya que Marat padecía de artritis en pies y manos, que le causaban tanto dolor que incluso le hacía acortar el tiempo de sus vibrantes intervenciones oratorias en la Asamblea. Agradecemos la colaboración del Dr. Puertas-Abreu, lector habitual de este blog, que nos ha brindado su interpretación de la enfermedad de Marat.

La hipótesis de la sarna (escabiosis) no es desdeñable, desde luego. Esta parasitosis debía ser bastante común en aquel tiempo. Y es probable que - como él afirmaba - la hubiera contraído en las alcantarillas de París huyendo de la policía, por contacto con ropas de vagabundos o hampones. La ausencia de tratamientos efectivos en la época justificaría su cronicidad. Pero seguramente de algún modo se habría revelado el predominio nocturno del prurito. En cuanto a la bañera, aunque puede invocarse una cierta función de alivio sintomático, no parece del todo justificada. 

Pero Little (1916), Scarlett (1930) y Jelinek (1979) coinciden en el diagnóstico más probable de dermatitis herpetiforme.(2)
Hemos de tener en cuenta que la dermatitis herpetiforme fue descrita por primera vez en 1884 (91 años después de la muerte de Marat) por el dermatólogo norteamericano Louis Duhring (por eso se le conoce también como enfermedad de Duhring), que la definía 
“como una erupción en la piel caracterizada por la presencia de lesiones vésico-ampollosas agrupadas en un patrón herpetiforme…”(3) 
La dermatitis herpetiforme no es una enfermedad infecciosa, por lo que si Marat la tuvo, no se había contagiado en las cloacas parisinas, como él sostenía. Su etiología depende de factores genéticos e inmunológicos. un siglo más tarde de su descripción, Marks (1966) la asoció con anormalidades intestinales y Frey (1973), demostró los beneficios de una dieta libre de gluten en la evolución de la enfermedad; es decir, que la dermatitis herpetiforme se asocia con frecuencia a la enfermedad celíaca o celiaquía.
Los datos clínicos que nos han llegado de la afección de Marat son compatibles con la dermatitis herpetiforme; aunque en ausencia de un estudio anatomopatológico y sin análisis bioquímicos e inmunológicos es imposible establecer un diagnóstico de certeza. 

Jacques-Louis David (1748-1825). La muerte de Marat (1793). Óleo sobre lienzo. 165 x 128 cm. Museos Reales de bellas Artes de Bélgica. Bruselas.
Jacques-Louis David (1748-1825). La muerte de Marat (1793). 
Tampoco hay datos que nos permitan presumir una celiaquía. Si fuera el caso, seguro que la dieta que seguía Marat no era la más indicada. Dejando aparte su conocida adicción al café (consumía más de 20 tazas de café solo al día), parece ser que era un gran aficionado a los dulces, y comía continuamente galletas y dulces durante las sesiones de la Asamblea (Cabanés, 1913 y Hart, 1924). Al parecer, le gustaba especialmente un dulce de almendras (Lipman Cohen y Lipman Cohen, 1958). Tal vez por eso se ha especulado también que pudiera ser diabético, aunque tampoco este posible diagnóstico puede ser verificado (4) 

Marat sufría insomnio pertinaz y constantes dolores de cabeza, y tal vez por eso se le representa con un paño enrollado a la cabeza a guisa de turbante, aunque puede ser que se lo aplicara empapado en vinagre para mitigar el intenso prurito, ya que no podía mantener sumergida la cabeza en el agua de la bañera (5).

Otros autores, sin embargo, se inclinan por pensar en otros diagnósticos. En opinión del dermatólogo Pablo Coto-Segura, del Hospital Universitario Central de Asturias, la enfermedad de Marat seguirá siendo un misterio, aunque se trata de  
“una enfermedad cuyo cuadro clínico comenzase por las ingles y con afectación del sistema nervioso central, que podría haber alterado su personalidad ya complicada, y eso cuadraría con una histiocitosis de células de Langerhans”. (6)

Este cuadro clínico suele acompañarse de polidipsia – aumento de la sed – y es conocido que Marat bebía mucho a lo largo del día, fundamentalmente café.
Puede ser que este transtorno crónico y pruriginosos de la piel haya influido en el temperamento nervioso y violento que caracterizaba al revolucionario (o al revés). También este es un tema de debate en el que no hay claro consenso al respecto. 

Para el psiquiatra americano Charles W. Burr (1919), Marat era 
“…un ejemplo de paranoia de tipo político (7)
Es bien conocida la relación de las enfermedades cutáneas con el psiquismo. Determinados estados mentales pueden provocar por sí mismo prurito crónico que por rascado repetido llega a convertirse en eccema liquenificado o neurodermitis. De la misma manera, una enfermedad cutánea crónica puede alterar el comportamiento psíquico (8). Ya hemos visto en este blog como la hidrosadenitis condicionó el carácter de Karl Marx o la psoriasis crónica el de Stalin. No es de extrañar, pues que muchas de las iracundas reacciones de Marat fusen motivadas o por lo menos amplificadas por su constante y pertinaz prurito. 



Bibliografía

Bayon HP. (1945): The Medical Career of Jean-Paul Marathttp://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2181792/pdf/procrsmed00552-0114.pdf; (consultado 1 febrero 2016).
Cerdà J. (2010): Jean Paul Marat. Médico, científico y revolucionario. Rev Med Chile 2010, 138, 124-7 http://www.scielo.cl/pdf/rmc/v138n1/art18.pdf; (consultado 1 febrero 2016).


Covadonga Coto-Segura BA, Coto-Segura P, Santos-Juanes J. The skin of a revolutionary. Arch Dermatol 2011, 147 (5), 539   doi:10.1001/archdermatol.2011.92.


Doña F. Jean-Paul Marat (1743-1793): médico y enfermo. En: Siguiendo a Letamendi (blog) https://letamendi.wordpress.com/2015/04/30/jean-paul-marat-1743-1793-medico-y-enfermo/ (consultado el 1 de febrero de 2016)

Jelinek JE. Jean-Paul Marat. The differential diagnosis of his skin disease. Am J Dermatopathol 1979, 1 (3), 251-2
Lipman Cohen BA y Lipman Cohen MA. (1958): Doctor Marat an his Skin. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1034419/pdf/medhist00181-0051.pdf; (consultado 4 febrero 2016)
Marat in England. Br Med J 1893, 1, 305 http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2402611/pdf/brmedj08913-0029.pdf  (consultado 4 febrero 2016)

Murphy LC. The itches of Jean-Paul Marat. J. Am. Acad. Dermatol. 1989, 21(3), 565-567 doi: http://dx.doi.org/10.1016/S0190-9622(89)80227-0 (consultado el 1 de febrero de 2016)
Wallis CE. (1916): Marat.  http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2017701/pdf/procrsmed00745-0120.pdf; (consultado 1 febrero 2016).

jueves, 4 de febrero de 2016

Marat (III): el político

































Máscara mortuoria de Marat 
(1793)

Biblioteca Municipal de Lyon 




En una entrada anterior hemos hablado de Marat como médico y de su ejercicio profesional en Inglaterra. Fue allí en 1774 cuando tomó contacto con la francmasonería y publicó The Chains of Slavery, opúsculo en el que criticaba la monarquía absoluta. 

Cuando en 1788 el Parlamento de París comenzó a reclamar la reunión de los Estados Generales, por primera en 150 años, Marat decide dedicarse por completo a la política. Publica el panfleto Offrande à la Patrie (Ofrenda a la Patria) al que siguió en 1789 un suplemento y otro panfleto, La Constitution (La Constitución). Este mismo año comienza a publicar el periódico L'Ami du Peuple (El amigo del Pueblo) en el que expresaba sus sospechas sobre todos los que desempeñaban el poder a los que llamaba "enemigos del pueblo". Fue detenido e ingresó en prisión por primera vez. 

Ejecución de Luis XVI (grabado alemán de 1793) 
Marat formaba parte del "Club des Cordeliers" y dirigió feroces y repetidos ataques contra el ministro Jacques Necker, Mirabeau, el marqués de La Fayette y el propio rey Luis XVI, que intentó huir de Francia y fue detenido en el camino (Fuga de Varennes). La postura crítica de Marat le obligó a exiliarse en dos ocasiones a Londres. Pero la denodada defensa de los derechos del pueblo lo convirtieron en un personaje muy popular.

En 1792 tomó parte en las "masacres de septiembre", en donde se llevó a cabo una feroz represión. Elaboraba las listas negras de reaccionarios que serían guillotinados como enemigos de la República. Se calcula que en el año 1793 se guillotinaron unas 55.000 personas. Marat fue elegido miembro de la Convención y de la Comuna de París, desde donde se manifestó partidario de la violencia y de la dictadura, lo que le granjeó el odio de los girondinos. Marat cerró su antiguo periódico y publicó uno nuevo, el Journal de la République Française, consiguiendo los votos suficientes para que Luis XVI fuese condenado a la guillotina.  


Durante la crisis de abril de 1793, los girondinos decretaron el arresto de Marat por la Convención Nacional, acusándolo de incitar al pueblo a usar la fuerza, pero finalmente fue declarado inocente. Marat influyó poderosamente en la caída definitiva de los girondinos, que tuvo lugar en junio de aquel mismo año, pero Marat, enfermo y cansado tras tantos años de lucha, abandonó la Convención. Poco después, el 13 de julio, fue asesinado por la girondina Charlotte Corday. Los "sans-culottes" le profesaron un auténtico culto, convirtiéndole en un héroe emblemático y mitificado. 



Bibliografía:


http://www.jesuismort.com/biographie_celebrite_chercher/biographie-jean_paul_marat-805.php (consultado el 1 de febrero de 2016)

http://www.histoire-des-femmes.com/article-pourquoi-charlotte-corday-a-t-elle-assassine-jean-paul-marat-49943121.html (consultado el 1 de febrero de 2016)


http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marat.htm (consultado el 1 de febrero de 2016)


https://richardnilsen.com/2014/01/20/death-and-marat/ (consultado el 1 de febrero de 2016)


Miquel P. La grande Révolution. Librairie Plon. Marabout Histoire. Paris, 1988. 


Zizek J. Marat: Historian of the French Revolution. 
http://www.h-france.net/rude/2005conference/Zizek2.pdf



La muerte de Marat:



miércoles, 3 de febrero de 2016

Marat (II): el médico







 Joseph Boze

Retrato de Marat 
(1793)

Óleo sobre lienzo.  59,5 x 48,5 cm

Musée Carnavalet. Paris. 




Jean-Paul Marat (1743 - 1793)* nació en la comuna de Boudry, cantón de Neuchâtel, en la actual Suiza. Su familia era de origen sardo, y se apellidaban Mara, pero Jean Paul añadió la "t" final para que sonara más francés. Tras vivir algunos años en Burdeos y París, ejerció como médico o cirujano-barbero y en 1775 se doctoró en medicina con un trabajo sobre la gonorrea en la Saint Andrews University (Edimburgo) (An Essay on Gleets. The Defects of the Actual Method of Treating Those Complaints of the Urethra are Pointed Out, and Effectual Way of Curing Them Indicated)1. Como médico, también publicó algunos artículos sobre oftalmología (Enquiry into the Nature, Cause and Cure of a Singular Disease of the Eyes, 1775; Notions Elementaires d’Optique, 1784). También se interesó por temas como la luz y la electricidad, lo que le hizo trabar una buena amistad con Benjamín Franklin, tambien interesado en este tema.  Intentó ingresar en la Académie des Sciences, de París, presentando a la ilustre corporación académica sus publicaciones científicas, incluyendo la última, Memóires Académiques, ou Nouvelles Découvertes sur la Lumière (1788). Pero los académicos, entre los que destacaba Antoine de Lavoisier, lo rechazaron ya que se habia permitido "disentir de Isaac Newton". Eso produjo en Marat un gran rechazo a la Académie. Cuando llegó al poder suprimió la Académie y condenó a Lavoisier a ser guillotinado. 
Jean-François Garneray: Jean-Paul Marat
Musée Lambinet, Versailles. 
Marat ejerció la Medicina entre 1766 y 1776, en varias ciudades de Inglaterra, Irlanda y Escocia. Tras su regreso a Francia trató con gran éxito a la marquesa de L’Aubespine, a pesar de utilizar medicamentos con escaso poder terapéutico. Parece ser que entre Marat y la marquesa hubo una relación sentimental, que tal vez explique la milagrosa "curación". A través del entorno de la marquesa, Marat conoció al conde de Artois (que llegaría a reinar más tarde, en la Restauración, con el nombre de Carlos X). El conde lo nombró médico de su guardia personal (1777), con lo que Marat se convirtió en uno de los médicos más renombrados de la Corte. Pero a pesar de la elevada posición social y económica que, como médico, había conseguido, Jean-Paul Marat abandonó el ejercicio de la medicina en 1788 para dedicarse por entero a la política.

Para ampliar estos datos os recomiendo que leáis la entrada Jean-Paul Marat (1743 - 1793), médico y enfermo del blog Siguiendo a Letamendi donde Francisco Doña los expone con su habitual maestría.   



Bibliografía: 

Doña F. Jean-Paul Marat (1743-1793): médico y enfermo. En: Siguiendo a Letamendi (blog) https://letamendi.wordpress.com/2015/04/30/jean-paul-marat-1743-1793-medico-y-enfermo/ (consultado el 1 de febrero de 2016)
Bayon HP. (1945): The Medical Career of Jean-Paul Marat. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2181792/pdf/procrsmed00552-0114.pdf; (consultado 1 febrero 2016).
Cerdà J. (2010): Jean Paul Marat. Médico, científico y revolucionario. http://www.scielo.cl/pdf/rmc/v138n1/art18.pdf; (consultado 1 mayo 2015).

Marat-Sade (música):



martes, 2 de febrero de 2016

Marat (I): el cuadro





 Jacques-Louis David

Muerte de Marat 
(1793)

Óleo sobre lienzo. 165 x 128 cm

Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica. Bruselas. 




La Muerte de Marat,  de Jacques Louis David (1748 - 1825) es un cuadro emblemático que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Bélgica. Tal vez sea uno de los cuadros más representativos de la Historia del Arte. Representa la muerte de Marat, un líder jacobino de la Revolución Francesa, tras ser apuñalado por Charlotte Corday mientras se bañaba. Pocas veces una bañera, un objeto cotidiano, sin más aspiración que contribuir a la higiene cutánea ha sido enaltecida como en esta pintura de David. 

Jean Paul Marat (1743 -1793) era médico, científico, escritor y político. Hablaba varios idiomas (francés, inglés, español, italiano y alemán). Cuando estalló la Revolución Francesa, Marat se unió a la causa y se convirtió en uno de los políticos más representativos. Era el editor del periódico L’Ami du Peuple (El Amigo del Pueblo). Volveremos a comentar la biografía de Marat con mayor detalle en otra entrada del blog.


Grabado de Anatole Desvoge sobre el cuadro de David
Los últimos momentos de  Lepelletier  de Saint-Fargeau,
de David (1793), cuadro destruido en la actualidad. 
Pocos años antes de que David pintara este cuadro, le habían hecho un encargo: pintar al diputado Lepeletier de Saint-Fargeau, que había sido asesinado. La causa de este crimen era el deseo de venganza de un soldado monárquico porque este diputado había votado a favor de que el rey Luis XVI fuese guillotinado. A pesar que David delegó parte de su trabajo en Gérard y que pintó una imagen muy parecida al héroe clásico que ya había representado en su Héctor caído (1783) éste fue el primer homenaje de David a la Revolución, y le concienció para su posterior obra Muerte de Marat. Ambos  cuadros fueron expuestos en la sala de sesiones de la Convención Nacional hasta 1795. Posteriormente, tras una serie de avatares, el cuadro de Lepeletier fue confiado a la hija del diputado asesinado, que era de ideología monárquica y que probablemente lo acabó destruyendo para borrar el pasado revolucionario de su padre. Hoy lo conocemos por el grabado de Anatole Desvosge que adjuntamos. 

Lepeletier fue considerado el primer mártir de la revolución. Sus funerales tuvieron algo de religioso, de canonización de un mártir de la República. David lo representa medio desnudo en su cama, como los mártires cristianos en su martirio. La pintura fue un acto de propaganda política de primer orden y se reprodujo abundantemente en grabados y tapices. Un ejemplo claro de que el arte siempre está al servicio de la ideología. 

En el verano de 1793 tuvo lugar otro asesinato político, de mucha mayor repercusión. El escritor y diputado extremadamente populista Jean-Paul Marat fue atacado en su baño por una fanática contrarevolucionaria, Charlotte Corday. Marat era el héroe de los sans-culottes, el movimiento de artesanos y obreros. Era necesario rendir un gran tributo simbólico y nuevamente se le encargó a David. Era un momento delicado; el Terror estaba a punto de empezar y se estaba radicalizando el movimiento revolucionario. 

Al pintar el cuadro, David se planteó realizar un retrato del líder con la intención de inmortalizarlo y convertirlo en un mártir, en un ejemplo de virtud. Marat era uno de los máximos héroes de la Revolución Francesa de 1789. El retrato fue comisionado por la Convención Nacional, que era la asamblea que gobernaba la revolución. Marat tenía casi 50 años cuando murió, pero David lo retrató idealizado pintando a Marat joven, fuerte y sano. Tenía una enfermedad cutánea, que le causaba vivo prurito, y que se le agudizó bastante desde que se tuvo que esconder de la policía monárquica en las cloacas de París. Para calmar las molestias tenía que tomar frecuentes baños, hasta el punto de trabajar sentado en la bañera durante horas. Usaba una tabla como escritorio mientras tomaba sus baños medicinales. La cabeza de Marat aparece en el cuadro cubierta por una tela blanca empapada en vinagre a modo de turbante, que solía usar para mitigar la picazón. Sin embargo, los signos de la enfermedad de Marat no se advierten en la pintura, ya que David quiso evitar reflejar nada malo en él. Muchas veces las enfermedades son tomadas como defectos, como expresión de impureza o castigo divino. El cuerpo de Marat aparece resplandeciente e intacto, como corresponde a la iconografía de este nuevo santo laico. 




Detalle de la Mort de Marat, de David




David introduce al espectador en la estancia donde Marat ha sido apuñalado, agonizante y bañado en su propia sangre. El observador se convierte así en un testigo presencial del asesinato. Marat está a punto de exhalar su último suspiro, pero todavía empuña la pluma en posición de escribir, sosteniendo con la mano izquierda el papel que poco antes le ha entregado su asesina, Charlotte Corday. En esta carta ella le decía que necesitaba ayuda: “la terrible desgracia que tengo me da derecho a pedir vuestra amabilidad....” David pone esta nota en la mano de Marat para que el observador interprete que Marat tenía la intención de responder a esta petición. Corday, partidaria de la aristocracia, se había valido de este engaño para entrar a verlo y poder así apuñalarlo mientras Marat leía la nota.



Marat tiene los ojos cerrados, sonriendo pacíficamente y con mucha tranquilidad, como durmiendo. La intención de David es la de sacralizarlo, de convertirlo en un ejemplo de virtud. Para ello busca un paralelismo con las figuras sagradas preexistentes. Si Jesucristo redimió y salvó a la humanidad para los creyentes, Marat salvó y redimió al pueblo para los revolucionarios. Por lo tanto, Marat debe ser identificado veladamente con un nuevo Jesucristo civil. La iconografía permite insinuar cosas sin llegar a afirmarlas claramente. Por eso, el brazo de Marat cae casi sin vida en la misma posición que adopta Jesucristo en la escultura de la Piedad de Miguel Ángel. Su cabeza cae para el lado izquierdo, del mismo modo que la cabeza de Jesucristo en el Descendimiento de la Cruz, tal como lo interpretaron Rubens y Rembrandt. Ambos escogieron la misma posición de la cabeza. Es patente la intención que tiene David de sacralizar la figura de Marat a partir de los modelos previos de figuras veneradas como santas. 



La herida mortal de Marat y el cuchillo se pueden entrever en la penumbra. En cambio, la petición de la asesina está bien iluminada en la mano de Marat. La luz natural de la ventana viene desde atrás de donde está Marat porque las sombras están en su cuerpo y debajo del papel. Eso quiere decir que la luz que surge de la derecha es una luz espiritual y por eso no da sombras. La cara del líder, sus brazos y los objetos que están cerca de él están iluminados con esa luz. Pero su cuerpo presenta sombras, creando así una interacción de elementos. Marat es un hombre terrenal, pero está alcanzando una dimensión sobrenatural y por eso surge de la sombra bañado en luz. Una luz del más allá, que muestra que el cielo está llamando al nuevo salvador, inmolado en una bañera ya convertida en altar. El formato del cuadro es rectangular dispuesto verticalmente, ya que la dimensión vertical insinúa la idea del paraíso donde Marat sería acogido tras su muerte.

Composición del cuadro: En el punto donde se cruza la línea que
va de la cabeza al papel con la vertical, comienza el pavoroso vacío.
En el cuadro no hay ninguna idealización formal. La parte inferior es de un buscado realismo, como la vida misma: la caja, es presentada con su veteado de la madera, y con los agujeros de los clavos. En las hojas se pueden leer las palabras escritas, e incluso la fecha. Sin embargo este detallismo desaparece en la mitad superior del cuadro, que está totalmente ocupado por un vacío opresivo, abstracto. De la realidad de los detalles cotidianos pasamos a una inquietante ausencia, a la nada.  El borde de la bañera, cubierto a medias por una tela verde y por una sábana blanca es la frontera entre ambas regiones, la de las cosas y la de la nada. En esta frontera entre el ser y la nada muere Marat. La línea que va de la cabeza de Marat al papel que sujeta con la mano queda partida por este vacío. David no describe la violencia del asesinato, ni el dolor, ni siquiera la muerte, sino el silencioso y tenue instante que va de la vida al no-ser. 


Composición del cuadro: El vacío y la realidad de las cosas de la
vida se unen en la mano y en la cabeza del revolucionario asesinado. 
La composición del cuadro está muy estudiada. El espacio del cuadro, por medio de líneas horizontales y verticales, el plano frontal (la caja) y la profundidad ilimitada, en perpendicular. En la figura hay que señalar la relación entre la nariz, que sigue la horizontal del borde de la bañera y las cejas, que siguen las verticales de la caja y del brazo. Y justo en el punto de convergencia de este esquema compositivo, la boca de Marat, que en plena agonía se contrae en la misteriosa sonrisa de quien advierte que se acerca su fatal destino. 

En el cuadro hay una gran economía de objetos, y una buena parte del mismo está sumergido en un inquietante vacío. David usa este recurso para subrayar el gran simbolismo de todos y de cada uno de los objetos representados. La parte oscura de atrás, ocupa la mitad del cuadro, por lo que el espectador se ve forzado a mirar atentamente el primer plano donde se encuentra el protagonista. El cuarto no está decorado, la pared vacía y la caja de madera quieren indicar que Marat era pobre, desinteresado y sin afán de lucro. El papel que está sobre la caja de madera dice “tu le darás este dinero a la madre de los 5 niños cuyo marido murió defendiendo a la patria” Con esta nota David presenta a Marat como un héroe altruista, como un santo laico dispuesto a ayudar en las dificultades a la gente sencilla  de Francia, y que por lo tanto era realmente “el amigo del pueblo”.


La escena es de un gran realismo, acentuado aun más por la precisión de los pliegues de las ropas. David juega con el espacio de la pintura, y pone la caja de madera en la orilla del plano del cuadro. El dinero y la nota están tan cerca de la orilla del cajón de madera que invaden  el espacio del observador. Una leve soplo podría echarlos a los pies de los espectadores, contribuyendo todavía más a implicarlos como testigos de la escena y obligándoles a tomar partido frente a lo que están viendo. La escena es fría. El crimen ni siquiera transmite la idea de violencia. La muerte es solamente triste por la pérdida casi insensible de la vida y deja en el espectador un sentimiento agridulce, como el rictus filosófico que parece esbozar el cadáver. El observador, ahora, se siente convertido en juez. 





Bibliografía:



Campàs J. David i la mort revolucionària: Lepeletier, Marat, Bara http://humanitats.blogs.uoc.edu/2014/08/14/david-i-la-mort-revolucionaria-lepeletier-marat-bara/

Chimpén A.
http://preguntas-de-arte.blogspot.com.es/2011/02/por-que-el-cuadro-la-muerte-de-marat-es.html

https://sites.psu.edu/swb5507/category/wip/page/2/



Muerte de Marat. Jean Louis David (1793):