jueves, 13 de julio de 2017

Los experimentos médicos del III Reich (I)


 



David Olere 

Disecciones médicas en el campo de concentración de Bikenau
(1634)

Dibujo coloreado
Museum of Jewish Heritage - 
A Living Memorial to the Holocaust, New York



La llegada al poder del Partido Nacionalsocialista de Adolf Hitler (NSDAP) en 1933 produjo una ruptura con las  disposiciones que intentaban limitar la experimentación invocando principios morales, invirtiendo completamente los principios básicos del respeto a los sujetos participantes en investigaciones médicas.

Hitler, siguiendo las promesas electorales que le elevaron al poder, puso en marcha una política racista en defensa de una «raza superior» en la que se vieron implicados un gran número de profesionales sanitarios. Entre sus primeras disposiciones se encontraba la Ley para la prevención de las enfermedades hereditarias de la descendencia (Gesetz zur Verhütung Erkrankung Nachwuchses), más conocida como «Acta de esterilización», promulgada en 1933. Esta normativa permitía, a instancias de un tribunal compuesto por dos médicos y un juez, la esterilización obligatoria de sujetos (Erbgesundheitsgesetz) diagnosticados de debilidad mental congénita, esquizofrenia, psicosis maníaco-depresiva, epilepsia hereditaria, corea de Huntington, ceguera y sordera congénitas, pronunciadas malformaciones corporales de carácter hereditario, alcoholismo crónico grave, etc. Esta ley fue aplicada junto con el Acta contra criminales peligrogrosos (Gesetz Gegen Gefährliche Gewohnheits Verbrecher), que tenía el mismo fin y utilizaba los mismos medios. Las esterilizaciones comenzaron en 1934 y, en la práctica, terminaron con el comienzo de la II Guerra Mundial, con un saldo final de casi 400.000 personas esterilizadas (0,5%de la población total).


El Dr. Josef Mengele, cuyos sádicos experimentos le valieron el apelativo de
"El ángel de la muerte"



El propósito final de éstas y otras leyes (la Ley de protección de la salud hereditaria del pueblo alemán y la Ley de salud marital ,más conocidas como Leyes de Nüremberg) era eliminar a una generación completa de sujetos con deficiencias genéticas a fin de «depurar» el banco de genes y mejorar la «raza aria». Los beneficios que se obtendrían con la aplicación de las leyes basadas en planteamientos eugenésicos fueron ampliamente difundidos en contundentes campañas publicitarias por la eficiente maquinaria de propaganda del III Reich.

Los nazis realizaron también experimentos médicos masivos en los campos de concentración. Los judíos  (y también otras razas como los gitanos) no eran consideradas por los nazis como propiamente humanas y esto daba rienda suelta a usarlos como “animales de laboratorio”. Realizar experimentos con judíos no era para ellos muy distinto a hacerlo con ratones o cobayas. También los prisioneros soviéticos o los alemanes discapacitados fueron usados para realizar investigaciones.

Muchos de los experimentos realizados en los campos de concentración tenían una intención investigadora real, y según sus objetivos podemos distinguir tres grandes grupos:

1)    Investigaciones dirigidas a mejorar la supervivencia del ejército alemán frente a agentes bélicos (gases, bombas incendiarias, radiaciones) o a condiciones meteorológicas adversas (frío, altura)

2)    Experimentación de nuevos fármacos o técnicas quirúrgicas y

3) Demostración de las teorías nacionalsocialistas de superioridad racial (antisemitismo, eugenesia).

De todos modos, se realizaron otros experimentos sin sentido alguno con el único fin de provocar sufrimiento o exterminio. En este sentido, la investigación médica fue una forma de tortura disfrazada, a veces más terrorífica y destructora que los mismos métodos de tortura tradicionales. El médico del campo se investía así de un poder diabólico que podía decidir experimentos gratuitos y terroríficos, sembrando el pánico entre sus posibles víctimas.

Algunos médicos destacaron en esta función de verdugos: Josef Mengele, Eduard Wirths, Horst Schuman y Carl Clauberg (Auschwitz) o Aribert Heim (Mauthausen) son algunos tristes ejemplos.


 Bibliografía



Sierra X. Los dermatólogos judíos en la Alemania nazi. En: Sierra X, editor. Cien años de Dermatología. Madrid: Aula Médica;  2001. p. 57—70.

Weyers W. Death of Medecine in nazi Germany. Dermatology and Dermopathology under the swastika. Oxford: ArdorScribendi LTD; 1998. p. 444.

Lifton RJ. The nazi doctors. Medical killing and psychology of genocide. New York: Basic Books 1986. p. 385
Baumslag N. Murderous Medicine: Nazi Doctors, Human Experimentation, and Typhus.  Praeger Publishers; 2005.

Ternon Y, Helman S. Historia de la Medicina SS. Valencia: Fomento de Cultura Ediciones; 1971. p. 410.

Berenbaum M. The world must know: the history of the Holocaust as told in the United States Holocaust Memorial Museum. Boston: Little Brown; 1993. p. 194—5.

No hay comentarios: