martes, 15 de agosto de 2017

Los nevus de Lucian Freud






Lucian Freud 


Último retrato
(1976-1977)


Óleo y lápiz sobre lienzo. 61 x 61 cm.
Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid. 




Lucian Freud (1922-2011) nieto de Sigmund Freud, fue un importante pintor y grabador británico. En su primera etapa, estuvo muy influído por el surrealismo y pintaba personas y plantas en yuxtaposiciones poco habituales, hechas con pintura muy fina.  A partir de los años 50 comienza a cultivar los retratos, de personas generalmente desnudas, comn colores neutros y usando la técnica del empaste. Freud intenta retratar a las personas no sólo físicamente, sino que busca un retrato psicológico y biográfico, intentando plasmar su vida en el cuadro. Como él mismo decía: 

«Mi idea sobre el retrato proviene de la insatisfacción que siento por los retratos que se parecen a la gente. Me gustaría que mis retratos fueran de personas y no como ellas»

Cedric Morris, que fue maestro de Freud en la East Anglian School of Painting and Drawing de Essex, decía frecuentemente que un retrato debería ser revelador hasta el punto de parecer indecente. Lucian Freud se ha esforzado siempre por conseguir este objetivo. Su pintura revela con contundencia su nauseabunda y deprimida concepción del mundo. Su personal forma de representar la visión desoladora del ser humano, su malestar, hace que se cree una atmósfera de agitación en todos los personajes que retrata. Esta manera de percibir a sus personajes, le llevó a ser considerado como el «Ingres del existencialismo» (Herbert Read), vinculándolo tanto a la tradición de la cultura visual francesa como a la filosofía defendida por Jean-Paul Sartre.


Lucian Freud. Naked portrait. (1972-1973) Tate Modern

Último retrato, de 1976-1977, representa a la misma modelo del Retrato desnudo de la colección de la Tate Modern. Anecdóticamente, en la cara lateral del cuello se observa un nevus melanocítico. A primera vista, la joven, ensimismada, parece estar descansando, recostada sobre el respaldo de un sillón. Pero tras una atenta observación podemos advertir el gesto de dolor contenido, que puede hacernos entrever a una persona enferma que se siente próxima a la muerte, cosa que además Freud nos explicita en el título. 

La obra, inacabada, nos permite analizar bien la técnica usada por el pintor. La composición ha sido ligeramente esbozada a lápiz sobre el lienzo blanco y la aplicación de la pintura ha sido iniciada por el rostro y la parte superior del cuerpo. En sus inicios, Freud pintaba retratos con pinceladas apretadas, usando finos pinceles de pelo de marta, como hacía Durero o los primitivos flamencos. Pero su técnica cambió con el paso del tiempo, y en esta época usa gruesos pinceles de cerdas, que confieren un mayor empaste que da a su pintura una gran carnalidad.

El poeta angloamericano W. H. Auden definía al arte en uno de sus versos:
«Para mí el tema del arte es la arcilla humana»

Una definición que viene como anillo al dedo a Lucian Freud, el artista que ha querido plasmar la vulnerabilidad del hombre. En 1982 Freud manifestaba a Lawrence Gowing:
«Quiero que la pintura actúe como si fuera carne» 
A mí me parece una buena declaración de principios, observando la carnalidad matérica de sus rostros y cuerpos, su habilidad para pintar la textura de la piel y de convertir la capa pictórica en verdadera arcilla humana.







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