viernes, 24 de marzo de 2017

El carcinoma del procurador Soranzo






Tintoretto

Retrato del procurador 
 Jacopo Soranzo
(1550-1551)

Óleo sobre lienzo. 75 x 60 cm
Pinacoteca del Palazzo Sforzesco. Milán.   




Los Soranzo eran una familia patricia de Venecia. Al parecer sus orígenes se remontaban a la Gens Superanzia de Roma. Procedentes de altino, se establecieron en Burano en el s. V. Durante generaciones, muchos de los miembros de la familia formaron parte del Gran Consejo de la República. Incluso en el s. XIV Giovanni Soranzo llegó a ser Dogo. 

Tintoretto: Retrato del procurador Jacopo Soranzo (visión integra)
Pinacoteca del Palazzo Sforzesco. Milán. 

Tintoretto hizo dos retratos del procurador de San Marco y generalísimo de la República Jacopo Soranzo, un año antes de su muerte. Uno de ellos se conserva en la Galleria della Accademia de Venecia y otro, en la Pinacoteca del Palazzo Sforzesco de Milán. Este último cuadro era en origen de gran tamaño y en él aparecía el procurador rodeado de su familia. En la actualidad este cuadro se dividió en tres partes y el fragmento central queda como un retrato individual del personaje. 

En este cuadro el retratado, ya anciano, mira de frente al espectador. Va vestido de púrpura, el color de la nobleza. Su expresión es serena, de gran dignidad, con el cabello y la barba canos. En el entrecejo, una profunda arruga revela su caracter voluntarioso, tenaz y firme. 


Tintoretto. Retrato de Jacopo Soranzo. Galleria della Accademia. Venecia. 


Si se mira con atención, puede observarse una pequeña lesión ulcerada, situada en la raíz nasal cerca del epicanto del ojo izquierdo. Es una úlcera redonda, con un borde cortado a pico y bordes ligeramente sobreelevados, con gran infiltración. También presenta otra lesión similar en párpado inferior del mismo lado. Desde el punto de vista del diagnóstico impresiona como un carcinoma basocelular plano cicatricial, un tumor maligno de crecimiento lento, que generalmente presenta induración de la piel que lo rodea. Se trata de una forma más frecuente de cáncer de la piel que si no se extirpa quirúrgicamente va destruyendo lentamente el tejido circundante, aunque no da metástasis a distancia. Jacopo Sorano murió un año más tarde, por lo que probablemente el tumor no debió crecer de forma importante.  

En cuanto al otro retrato, el de la Galleria della Accademia, fue pintado después de la muerte de Jacopo. Como suele suceder en estos casos, la lesión cutánea fue omitida, en un intento de idealizar al máximo la figura del difunto procurador. 












jueves, 23 de marzo de 2017

Picasso (II): La piel azul







Pablo Picasso

Mujer de moño alto
(1904)
 Gouache sobre cartón 
Art Institute. Chicago




La muerte de Casagemas impactó en el corazón de Picasso como un aldabonazo. El intenso sentimiento de dolor inicial, dejó paso progresivamente a la tristeza, la melancolía y tal vez a los remordimientos. Un duelo que costó de elaborar. Además, Germaine, la mujer de quien estaba enamorado su amigo y por la que se había suicidado, era ahora su amante, y eso no le ayudaba a olvidar. 



Pablo Picasso: Autorretrato (1901)
Museo Picasso. París. 


Todos esos sentimientos se plasmaron en su pintura. Pablo dejó de pintar al estilo de Toulouse-Lautrec, como cuando pintó la carta del restaurante Els Quatre Gats de Barcelona o el Moulin de la Galette (1900). Pinta ahora personajes tristes, serios, de silueta perfilada y figuras alargadas, un poco al estilo del Greco. Personajes de la calle, llenos de soledad, melancolía y miseria. Pero sobre todo, los pinta en tonalidades azuladas, frías, cada vez más monocromas. El azul invade todas sus obras, como cuando al caer la tarde la luz escasea y las tinieblas se apoderan del ambiente. El resultado es una opresiva atmósfera de desesperanza que crea un ambiente que hiela el corazón del espectador. Es la época azul.



Pablo Picasso: La Vie (la vida), la última obra de la época azul
La cara de la figura masculina es el retrato de Casagemas 


El período azul de Picasso se inicia con el suicidio de su amigo y termina con La Vida, obra en la que nuevamente vuelve a pintar el espíritu de Casagemas (la cara de la figura masculina es su retrato). Pero el recuerdo obsesivo de la historia de Casagemas y Germaine vuelve una y otra vez. Germaine sigue posando para él como modelo y probablemente es la Mujer de moño alto (1904) y aparece de forma indirecta en otras muchas obras. 

Pintar los personajes y el ambiente en el que están del obsesivo color azul es un recurso pictórico de Picasso para producir una sensación de irrealidad. Porque la piel azul casi no existe en la especie humana. Y desde luego, no es una condición muy habitual. 




Pablo Picasso. Viejo guitarrista.
Museu Picasso. Barcelona


Me explicaré. Existe un raro estado patológico de la piel que se conoce con el nombre de argiria, en el que la piel de las personas afectas toma un color gris-azulado. El nombre de argiria deriva de Ἀργυρός (argyros, plata en griego). Es una enfermedad producida por la exposición prolongada a la plata, bien en forma de sales, o de metal. Se caracteriza por la coloración de la piel y algunos órganos del paciente en tonos grises, azulados o gris-azulado, más evidente en las zonas expuestas a la luz solar. Cuando los iones de plata reciben luz en la superficie de la piel, los electrones de los átomos cercanos, saltan a la plata y ésta se convierte en plata elemental, cuyo color característico es el azul. Es un mecanismo similar al de los antiguos revelados de los carretes de fotografías en blanco y negro. Así, una persona intoxicada por plata, en vez de volverse negra, toma un color azulado por la combinación del resto de elementos que lo constituyen. 


Pablo Picasso: Cabeza de mujer muerta (1902)
Museu Picasso. Barcelona

La argiria puede producirse por la exposición a la plata durante los procesos industriales o como resultado de la ingesta de medicamentos que contienen sales de plata (óxido, nitrato, sulfuro de plata). También puede ser consecuencia de procedimientos quirúrgicos y odontológicos (como la aplicación de amalgama de plata en las reparaciones dentales) o tras la realización de tatuajes con pigmentos derivados de la plata. La plata no se absorbe por la piel, pero sí lo puede hacer por las mucosas. Las sales de plata se absorben bien también por vía digestiva o respiratoria y son capaces de precipitar proteínas formando depósitos de color gris azulado/pizarra.
El cuerpo humano normal posee aproximadamente 1 mg de plata. Se puede producir argiria generalizada a partir de 4-5 g. A partir de 50-500 mg/kg de peso puede ocasionar la muerte por intoxicación argírica.
La argiria puede dar lugar a lesiones localizadas: cara, ojos (córnea, cristalino, conjuntiva), uñas (lúnula). También pueden aparecer tatuajes en las vías respiratorias. 


Un caso de argiria (Wikipedia)

Las lesiones generalizadas pueden llegar a extenderse a toda la piel y dar lugar a una pigmentación generalizada de color azul-pizarra que ha llevado a denominar a estos individuos "hombres azules". El proceso suele iniciarse con una mancha marrón-grisácea en las encías, y más tarde aparece una coloración difusa de color gris-pizarra o gris-azulado de la piel. En general es un proceso lento, que requiere de muchos años para manifestarse plenamente. 
La argiria no suele causar sintomatología general, aún en los casos en los que hay tasas de plata bastante altas. En algunas ocasiones puede presentarse uremia, albuminemia, alteraciones del gusto, daño vestibular, pérdida de coordinación y visión disminuida nocturna. La toxicidad sistémica de la plata es muy escasa excepto en ciertos casos de envenenamiento agudo, en los que pueden producirse lesiones intestinales erosivas y hemorrágicas.
Pero todo eso nada tiene que ver con el período azul de Picasso. Es solamente un comentario al margen para señalar que efectivamente existe la posibilidad de presentar la piel azul. En el caso de Picasso el uso de los tonos azulados fue un símbolo, una manera de plasmar sus sentimientos más íntimos por medio del cromatismo de sus cuadros. La época azul es una de las más características e interesantes de su obra. Tras pintar el retrato de Casagemas nuevamente en La vida (1904), Picasso con el duelo ya totalmente elaborado, abandonó definitivamente Barcelona y se instaló en París. 

Allí, apareció otra mujer en su vida, seguramente la primera de la que Pablo estuvo enamorado: Fernande Olivier. Su pintura, en esta época mucho más vital de su vida, tomaría un nuevo rumbo en la llamada "época rosa".  


Picasso. etapa azul 



miércoles, 22 de marzo de 2017

Picasso (I): La muerte de Casagemas







Pablo Picasso

Retrato de Carles Casagemas (detalle)
(1899-1900)
 Óleo sobre lienzo 55 x 45 cm
Museu Picasso, Barcelona




La taberna Els Quatre Gats de Barcelona era un lugar de encuentro de pintores y artistas. Desde su apertura en 1897 fue un centro de atracción y un lugar de referencia para pintores, poetas y bohemios de todo tipo. Entre los más asiduos estaban Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Joaquim Mir o Miquel Utrillo. El propio nombre estaba inspirado en un lugar emblemático para los artistas parisinos Le Chat Noir parafraseando irónicamente al mismo tiempo una expresión catalana para referirse a un lugar a donde va poca gente (quatre gats). A los asistentes de este local se les añadió un buen día un joven pintor, Pablo Picasso. 


Carta del menú pintado por Picasso para el Els Quatre Gats

En las noches dels Quatre Gats, Picasso conoció a otro pintor de su edad, Carles Casagemas. Los dos tenían dieciocho años, aspiraban a ser pintores y se hicieron muy amigos. Compartieron estudio en la desaparecida calle Riera de Sant Joan, en el Barrio Gótico, y visitaban frecuentemente los burdeles de la ciudad. 

Un buen día decidieron viajar a París, para visitar la Exposición Universal de 1899, donde Picasso exponía un cuadro, Últimos momentos. Ya en París se instalaron en el estudio que les prestó Isidre Nonell en el 49 de la rue Gabriel. Diez días más tarde se les unía Manuel Pallarès, un compañero de estudios de Picasso a quien jocosamente llamaban "Pajaresco". 



Germaine Gargallo

Los tres pintores se hacen amigos de tres modelos que posaban habitualmente para los expatriados españoles: la hija de Pablo Gargallo y una costurera, Laure Gargallo (que todos conocían como Germaine), su medio hermana Antoinette Fornerod y una tercera chica llamada Louise Lenoir (alias la pequeña Odette). El reparto de parejas no se hace esperar: Casagemas con Germaine, Pallarès con Antoinette y Picasso con Odette. Picasso no hablaba francés, ni Odette español, pero esta circunstancia no parece que les supusiera problema alguno.  

La pandilla vivía intensamente la noche. Frecuentaban los cabarets nocturnos de la ciudad, especialmente el Moulin Rouge. Noches de bohemia, de absenta y de opio, de devaneos amorosos. 




Picasso: Germaine (Retrato de Germaine Gargallo, 1900)


Germaine era la más vistosa y descarada de las tres chicas. Aparte de modelo, había hecho un poco de todo: bailarina, lavandera, costurera. Era una mujer libre, que no estaba dispuesta a guardar fidelidad a Carles: mantenía relaciones con hombres y mujeres, entre ellos también tuvo escarceos con Picasso. Le hacía de modelo con frecuencia. En aquella época las modelos no solo posaban: también solían solazarse con el pintor al terminar la sesión. Germaine no le hacía ascos a Pablo. Era un espíritu libre y no tenía porque limitarse a gozar del sexo con un solo hombre.



Pablo Picasso. Le Moulin de la Galette, un testimonio de las desenfrenadas noches parisinas de Picasso y sus amigos.  Es probable que Germaine,
Antoinette y Odette sirvieran de modelo para pintar las tres muchachas
que aparecen a la izquierda, en primer plano.
Óleo sobre lienzo, 
(88.2 x 115.5 cm) Solomon R. Guggenheim Museum, New York 


Casagemas era muy romántico y estaba cada vez más enamorado. Pero Germaine se burlaba de sus repetidas demandas de matrimonio y le tildaba de impotente. Hay que señalar que Casagemas bebía mucho y tenía adicción a la morfina, por lo que las burlas cada vez más crueles de Germaine posiblemente tenían algún fundamento y sus toxicomanías le causaban algún problema de erección.

Picasso comenzó a preocuparse. Le convenció para volver a Barcelona para Navidad, y aprovechó para llevarlo a varios burdeles a ver si así olvidaba de una vez a Germaine y que de paso superase su complejo. Luego pasaron la Nochevieja en Málaga, con idéntico programa: mujeres y alcohol. Pero Picasso tenía que ir luego a Madrid, para fundar con Francisco de A. Soler la revista Arte Joven (una publicación inspirada en las revistas modernistas catalanas Pèl i Ploma y els Quatre Gats). También quería aprovechar para visitar el Museo del Prado y pintar algunas copias de los maestros clásicos, sobre todo del Greco. Pero Casagemas obsesionado con Germaine, regresó a París. 

Ya en París, Casagemas se encontró con la habitual indiferencia de Germaine, que siempre impasible ante sus requiebros amorosos, volvió a reiterar sus burlas y rechazó nuevamente sus insistentes propuestas matrimoniales. 



Pablo Picasso: Picasso y Casagemas
persiguiendo a dos muchachas en París.
Museu Picasso. Barcelona. 


Aquella misma noche, el 17 de febrero de 1901, el grupo de amigos cenaba en L'Hippodrome, un restaurante de París situado en la esquina del bulevard de Clichy, rue Calaincourt y rue Forest, en la falda de Montmartre. Entorno de la sopa caliente se reunieron Germaine, Odette, Manolo Hugué, Manuel Pallarés, Frederic Pujolà y Alexandre Riera, amigos de noches etílicas y desenfrenadas y de mujeres fáciles. El vino, abundante, corría de copa en copa. Casagemas, muy exaltado, se levantó e improvisó una especie de discurso, en el que declaró que iba a volver definitivamente a Barcelona y reiteró sus habituales declaraciones de amor por Germaine, a quien pretendía llevar con él. Por toda respuesta Germaine se encogió despectivamente de hombros. Casagemas, despechado, sacó un revólver y ante el asombro de todos disparó contra Germaine, 
- Voilà, pour toi (Toma, para ti!)
La bala pasó rozando la cabeza de la muchacha, que se echó al suelo asustada detrás de Pallarés. Luego, creyendo que la había matado, con un gesto rápido y certero Casagemas disparó a su propia sien:
- Et voilà pour moi! (Y esto para mi!)
Casagemas murió desangrado antes de llegar al hospital. Tenía veintiún años. Todos quedaron sobrecogidos al ser testigos de tan trágico desenlace.  



La muerte de Casagemas, París, 1901, Musée National Picasso, París.


Picasso se entera de la luctuosa noticia en Madrid, y enseguida se pone a pintar un cuadro inolvidable y trágico que titula "La muerte de Casagemas", una obra que marcará un punto de inflexión en la trayectoria del pintor malagueño. En él podemos ver la herida producida por la bala en la sien, rodeada de la correspondiente equimosis, los pàrpados levemente cianóticos y la notable lividez del cadáver, en un ambiente fúnebre, apenas iluminado por un espectral cirio. Picasso después pintará otra versión "Casagemas en su ataúd" en la que no aparece la herida producida por la bala, como si el pintor hubiera querido borrar todo rastro del suicidio. En esta pintura aparecen ya unas tonalidades azules que iniciarán un nuevo estilo. 

Picasso queda sumido en la tristeza, no exenta de remordimiento, ya que se siente responsable en cierto modo del suicidio de su amigo. A partir de la muerte de Casagemas, Pablo se instala en el antiguo estudio de Casagemas en París, y con el cuerpo de su amigo "todavía tibio" se lía con Germaine (que mientras tanto se había liado con el escultor catalán Manolo Hugué). Una relación que durará cerca de un año. Tal vez por eso quiso borrar el agujero de bala de la sien de Casagemas. La herida gritaba demasiado fuerte el nombre de Germaine.  



Pablo Picasso: Casagemas en su ataúd.

Museo Picasso, Barcelona. 


Cuando terminó la relación de Picasso con Germaine, los remordimientos se hacen todavía más intensos. Picasso pintará entonces una nueva obra en torno al suicidio de su amigo, titulada "Evocación, el entierro de Casagemas". Picasso  quiere pintar de algún modo el funeral de su amigo. Picasso no había asistido ni a su entierro en Montmartre ni al funeral que se hizo en Barcelona. Un funeral que tampoco se pudo celebrar con honra por tratarse de un suicida. Picasso elige para esta obra una composición inspirada en El entierro del Conde de Orgaz del Greco, en la que se ve en la parte inferior el sepelio - en el caso de Casagemas, en el cementerio de Montmartre - y en la parte superior el cielo. Picasso pinta un paraíso prostibulario en donde coloca a su amigo, que llega a caballo y donde los ángeles que lo reciben son mujeres desnudas con medias y ligueros, en una apoteosis de morfina, absenta y lupanares, el ambiente donde los dos amigos desarrollaron su amistad. Picasso intenta devolver a la vida a su amigo a la vida - tal como ellos la entendieron - en un paraíso hedonista, concupiscente y vicioso. 



Arriba, 
El entierro del conde de Orgaz, del Greco. 

Abajo, Evocación, el entierro de Casagemas de Picasso. 
La composición de las dos obras es similar, con la representación 
del entierro en la parte inferior y la del cielo en la parte superior.  





En el período posterior (1901-1904), Picasso traslada sus emociones a sus pinceles eligiendo una paleta fría, de colores azules y apagados. Los personajes que aparecen en sus cuadros en esa época presentan un perfil marcado, unos cuerpos deformados y alargados a la manera del Greco y transmiten un sentimiento de melancolía, tristeza, miseria y abandono. Y soledad. Sobre todo, una profunda soledad. Podemos decir que el azul se transforma en los pinceles de Picasso en el color del llanto y de la desesperación. 


martes, 21 de marzo de 2017

Las purgaciones de Luis XV





Gustav Lundberg

Retrato de Luis XV
(1730-1740)

Óleo sobre lienzo
   Palacio de Versalles   




Luis XV de Borbón (1710-1774) rey de Francia y de Navarra entre 1715 y 1774, era un monarca libertino, que tuvo una gran cantidad de amantes (se conoce el nombre de más de 80 de ellas).  

En su juventud, aparte de mantener una relación estable con su amante del momento, la condesa de Mailly, solía salir disfrazado para recorrer las calles de Versalles o de Saint-Germain-en-Laye  con un grupo de amigos, entre los que no solía faltar su prima Mademoiselle de Charolais. Las juergas nocturnas de esta pandilla eran proverbiales y no faltaban orgías y episodios galantes de todo tipo. 


La prima de Luis XV, Mademoiselle de Charolais, que
solía acompañarle en sus libertinas correrías nocturnas.

Jean-Marc Nattier. Mademoiselle de Charolais (1731)

Algunos cortesanos estaban escandalizados: el joven monarca se exponía a ser reconocido o contagiarse de alguna enfermedad venérea. 

En febrero de 1738, el rey se mostró indispuesto y no salió de su aposento durante bastantes días. El monarca no sabía lo que le pasaba - o tal vez lo sabía demasiado y no se atrevía a quejarse - y se quedaba en su habitación con la excusa de tener un gran resfriado. Pero pronto trascendió la verdad, que fue muy comentada en todo París. El abogado Barbier, con la frescura que caracteriza a sus crónicas lo refirió así:   
« Según los rumores de la Corte, ya no hay duda de que el rey tiene unas purgaciones que dicen que le ha contagiado la hija de un carnicero de Poissy o de Versalles, que el rey encontró que era muy guapa, y que se la hizo traer por Bachelier, su primer ayuda de cámara y su alcahuete. Dicen que uno de sus guardias habría contraído unas purgaciones parecidas con la mencionada carnicera, y que viendo como el rey estaba mal, y sabiendo que la chica había estado en los apartamentos reales, fue a ver al Sr. cardenal de Fleury y le contó que él todavía sufría las purgaciones de la muchacha, y que si el rey se había visto con ella, podría tener lo mismo. Eso fue lo que ocasionó las frecuentes visitas del señor de La Peyronie, primer cirujano. Se ha curado, y tomará - dicen - la leche en el mes de mayo. No se sabe como Madame de Mailly saldrá de este asunto, y si ella también habrá sufrido sus consecuencias. » 


Las purgaciones era el nombre vulgar de la gonorrea, una enfermedad venérea con escaso tratamiento en aquel tiempo y que tantas complicaciones podía acarrear. Uno de los tratamientos que se proponían era tomar leche de burra ("la primera leche del mes de mayo") o efectuar dilataciones uretrales para evitar las estenosis, una complicación muy frecuente. 



Lo cierto es que tras este episodio, a Luis XV le quedó el miedo a contraer enfermedades venéreas toda su vida. Tal vez por eso, prefería mantener relaciones con chicas jóvenes, preferentemente vírgenes o "casi nuevas". Años más tarde, cuando instaló un auténtico burdel en el "Parque de los ciervos" de Versalles - en la que Mme. de Pompadour ejercía como alcahueta - eran estas jovencitas las que retozaban con él allí. 






lunes, 20 de marzo de 2017

¿Se operó los nevus el Duque de Urbino ?






Piero della Fracesca

Retrato de Federico di Montefeltro, Duque de Urbino y de su mujer Battista Sforza
(1472) 

Temple sobre tabla. Díptico. 47 x 33 cm. 
Galleria Uffizi, Florencia. 



Piero della Francesca (1416-1492) fue un pintor toscano encuadrado en el Quattrocento. Es una de las personalidades más importantes del Renacimiento italiano, a pesar de no haber trabajado nunca para los Medici i haber llevado una vida itinerante (solamente pasó un año de su vida en Florencia). 

Su obra pictórica se caracteriza por la dignidad clásica, similar a la de Masaccio. El tratamiento de las figuras es muy volumétrico y se percibe un cuidadoso estudio anatómico y una cierta tendencia al monumentalismo. Sus personajes son bastante fríos e inexpresivos, con figuras muy estáticas, como si sus movimientos hubieran quedado congelados. La luz es muy diáfana, diurna, y dota a las figuras de una luz propia, radiante. Los colores brillantes, probablemente por influencia de Domenico de Venezziano, con quien pintó los frescos de la iglesia florentina de Sant' Egidio (hoy desaparecidos). Piero, hombre del Renacimiento por antonomasia, cultivó también las matemáticas y en su obra está siempre presente la geometría, que implica la perspectiva lineal y la tendencia a reducir las figuras a la esencia.  

El díptico de los duques de Urbino es una tabla articulada, pintado por ambas caras. En el anverso se ven los retratos de Federico da Montefeltro,duque de Urbino y de su esposa, Battista Sforza. Esta obra se considera uno de los primeros retratos renacentistas. Las dos piezas del díptico estuvieron unidas durante un tiempo por un único marco. El artista representa a los duques de perfil, como en las monedas romanas o en las medallas. Esta posición es bastante habitual en la pintura italiana de la época. En la elección de la posición influyó también un accidente que tuvo el duque en un torneo, que también fue el responsable de la curiosa forma de su nariz en la tabla. 

Los dos perfiles quedan frente a frente sobre un paisaje idealizado y en perspectiva, visto desde un ángulo superior, que recuerda a la pintura flamenca de Van Eyck (Virgen del Canciller Rolin).  El perfil del duque da una gran sensación de volumen (tal vez debida al tocado y a las ropas de color rojo) y presenta un curioso y poco usual perfil nasal. Es bastante común afirmar que en la elección de la posición influyó también un accidente que tuvo el duque en un torneo, que lo habría dejado tuerto del ojo derecho y le causó una cicatriz en la mitad derecha del rostro, lo que sería también fue el responsable de la curiosa forma de su nariz en la tabla. Pero al parecer esta información no es corroborada por sus coetáneos y no aparece citada hasta el s. XIX, por lo que se duda de su verosimilitud. Otras teorías sostienen que el duque padecería algún tipo de malformación craneofacial. 




Piero della Francesca:
Virgen con el Niño y seis santos (detalle)
Milán, Pinacoteca di Brera


La duquesa està hierática y presenta una tez extremadamente pálida. Tal vez la incidencia de la luz explique parcialmente esta coloración. Pero sobre todo, en el momento de pintar el díptico, Battista Sforza ya había fallecido, y Piero della Francesca tomó sus facciones de su máscara mortuoria. Por eso es de una falta de expresividad total y su cara aparece hierática e imperturbable. Probablemente el artista también se decidió por un color marfileño, cadavérico, para representar su tez. 





Comparando la cara del duque de Urbino en 1474 y en 1477 observamos que los nevus intradérmicos han desaparecido y que solo han quedado cicatrices en los lugares que antes ocupaban los tumores cutáneos. 


El retrato del condottiero Montefeltro presenta diversos nevus intradérmicos en su mejilla. Lo mismo podemos observar en otros cuadros que lo representan como en Virgen con el Niño y seis santos (1472-1474) también pintado por Piero della Francesca (Milán, Pinacoteca di Brera), una obra de clara influencia flamenca, donde aparece con armadura y arrodillado ante la Virgen y el Niño.

En cambio, en un retrato efectuado años más tarde por Justo de Gante (frecuentemente atribuído a Pedro Berruguete) observamos unos interesantes cambios. El duque está, como solía de perfil, mostrando solamente el lado izquierdo de su faz. Está en compañía de su hijo Guidobaldo, leyendo un libro, revestido también de armadura y con las insignias de la Orden de la Jarretera. 

Lo que llama nuestra atención es que en esta pintura no se observa ningún nevus intradérmico, sino que en su lugar aparecen unas cicatrices. O sea, que el duque se hizo extirpar quirúrgicamente los nevus. Seguramente por una cuestión estética, ya que no es muy probable que fuera por motivos preventivos. Sea como fuere, tal vez sea ésta la primera extirpación quirúrgica de nevus plenamente documentada de la historia.  

Además, en las manos del noble señor podemos observar engrosamientos articulares interfalángicos sugestivos de una manifiesta artritis reumatoide. 



Justo de Gante: Federico de Montefeltro con su hijo Guidobaldo (1477) 
Galleria Nazionale delle Marche, Urbino.