jueves, 11 de enero de 2018

Por si las moscas... (y IV)





Barthel Bruyn

Vanitas

Óleo sobre tabla, 61 x 51 cm
Rijksmuseum Kröller-Müller, Ötterlo




En la última entrada, tratamos de la curiosa historia de la mosca de Virgilio, y en un artículo anterior comentábamos algunos cuadros con moscas, con diversa intencionalidad artística. Seguiremos hoy tratando de estos insectos y de más ejemplos de su presencia en las obras de arte. 

En el barroco, por ejemplo, en donde podemos encontrar algunas moscas en las pinturas llamadas Vanitas. Se trata de cuadros en los que el tema central es una calavera. Un tema muy del gusto de la Contrarreforma, con la intención de subrayar la fugacidad de la vida y de las cosas terrenales. 

Xilografía del s. XVIII representando a Sant Narcís
rodeado de moscas, en alusión a su milagro
Y ¿que hay más fugaz y efímero que una mosca? Un elemento para la reflexión y para considerar como el famoso versículo del Eclesiastés que "Vanidad de vanidades, y todo es vanidad". Aportamos hoy una obra de Bruyn como ejemplo de ello. En él, una mosca se ha posado en una calavera. Una doble visión de lo inevitable de la muerte y de la fugacidad de la vida. 

En otras ocasiones encontramos moscas como protagonistas de un milagro. El curioso milagro de Sant Narcís, patrón de Girona: estando la ciudad sitiada por los franceses, los gerundenses se encomendaron a su patrón y del sepulcro del santo comenzaron a salir moscas. Moscas que picaban a los invasores y a sus caballerías, de forma electiva, propagando entre ellos una peste tal que éstos no tuvieron más remedio que levantar el asedio y huir despavoridos. La conmemoración de este milagro está presente en múltiples obras de arte de la ciudad de Girona. También aludió a él Salvador Dalí - natural de la cercana ciudad de Figueres - que representó la imagen de un obispo (Sant Narcís) rodeado de moscas, en diversas ocasiones. 


Detalle de un cuadro atribuído a Antonio de Viladomat representando el milagro de las moscas de Sant Narcís: Las moscas salen de la tumba del santo para picar al ejército enemigo. Colegiata de Sant Félix. Girona. 

Estas variadas visiones de las moscas en el arte nos trae a la memoria la relación que pueden tener los dípteros con la enfermedad. Existe un gran número de enfermedades transmisibles cuyo vector son las moscas (enfermedad del sueño, tracoma, cólera, salmonelosis, fiebre tifoidea...). El papel de las moscas como vehiculadoras de enfermedades infecciosas es bien conocido, ya que estos insectos se alimentan de estiércol y también de comida humana, y trasladan los gérmenes de una a otra. E incluso pueden parasitar heridas con sus larvas (especialmente Dermatobia hominis) provocando la llamada miasis

Stephan Schuster y su grupo de investigadores norteamericanos de la Universidad de Pennsilvania han publicado un reciente estudio demostrando el importante papel que la microbiota de las moscas tiene en la transmisión de ciertas enfermedades. Schuster estudió 116 especies de dípteros, analizando su microbiota (la colección de bacterias que coloniza todo ser vivo) . Los insectos no solamente albergan muchos centenares de especies bacterianas diferentes sino que la mayoría de ellas pueden ser peligrosas para los humanos, especialmente las que trasladan en sus patas y en sus alas. Al posarse, o simplemente al volar, las moscas esparcen abundantes bacterias patógenas.

El graffiti de una mosca, en una calle de Girona


Que las moscas propagan microbios productores de infecciones no es desde luego nada sorprendente. Pero algunas de las conclusiones del estudio aportan novedades: las moscas serían también las transmisoras de Helicobacter pylori, una bacteria involucrada en la aparición de úlceras de estómago y con cáncer gástrico. Los investigadores encontraron este microorganismo en una quincena de dípteros, por lo que sospechan que las moscas pueden actuar como vectores en la transmisión de Helicobacter.   Un nuevo dato a tener presente. Ahora más que nunca habrá que extremar la higiene e intentar evitar que las moscas se posen en nuestros alimentos.  


Salvador Dalí, apasionado de las moscas: 



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