domingo, 25 de marzo de 2018

Luis XIV (y IV): pintura hecha con el corazón

























Martin Drolling

Interior de una cocina
(1807)


Óleo sobre lienzo 
Museo del Louvre. París




Martin Drölling (1752-1817) fue un pintor francés que cultivó el retrato y las escenas de género. Una de ellas es "Interior de una cocina" un cuadro del que se dice que algunas pinturas que se usaron para pintarlo estaban confeccionadas, entre otros ingredientes, con el corazón de Luis XIV, por muy sorprendente que esto sea.

En una entrada anterior comentamos los pormenores de la muerte del rey Luis XIV. Veamos lo que sucedió a continuación.  

Según la costumbre, se procedió a embalsamar el cadáver del rey y a separar, como era costumbre en la época, sus entrañas y su corazón, que serán dispuestas en diferentes cajas. Las entrañas irán a la catedral de Nôtre-Dame, y partirán días después en un cortejo fúnebre. El corazón será enviado a la iglesia de los jesuítas de Saint Antoine, también en una carroza vestida de negro y tirada por ocho caballos, precedida por otras dos carrozas de seis caballos y 24 antorchas. 



Reconstrucción exacta de la capilla ardiente provisional que se erigió en la basílica de Saint Denis para acoger el féretro de Luis XIV, el 10 de septiembre de 1715, mientras se esperaba la construcción del cenotafio.                                  (Exposición temporal. Versalles). 


Su cadáver fue expuesto durante ocho días en el Salón de Hércules del palacio de Versailles. La noche del 9 de septiembre y, a la luz de las antorchas, su féretro fue transportado de Versailles a la Real Abadía de Saint-Denis, donde fue sepultado en la capilla funeraria provisional instalada en la necrópolis de los reyes, a la espera de que se construyera el correspondiente cenotafio. 



Cenotafio de Luis XIV (s. XIX) Panteón real. Basílica de Saint Denis
























Durante la revolución Francesa, la necrópolis real de Saint-Denis fue profanada y saqueada. La momia de Luis XIV apareció perfectamente reconocible, pero con la piel de un intenso color negro, probablemente debido a la gangrena que le causó la muerte. En la iglesia de Saint-Louis-des-Jésuites las urnas conteniendo los corazones de 45 príncipes y princesas de la Casa de Francia son igualmente profanadas.  

Y aquí comienza la epopeya del corazón de Luis XIV y de otros reyes de Francia. En la época corría el rumor que los restos humanos momificados eran muy útiles para... fabricar ciertos colores de los pintores, como el bermellón. El brun momie, un pigmento de un castaño oscuro con una buena transparencia, resultaba útil para efectos de esmalte, sombreados y los tonos de la carne. Se obtenía del supuesto polvo de momias de seres humanos o gatos traídas de Egipto. 



Corazón del rey Luis XVII de Francia, conservado en la basílica de Saint-Denis. 


Un sujeto llamado Petit-Radel ofrece varios de los corazones reales profanados al pintor Martin Drölling y a un amigo suyo, un pintor de paisajes llamado Saint-Martin. Según la leyenda, Drölling maceró parte de estos restos con alcohol y aceite y con el colorante obtenido pintó algunos de sus cuadros. Al parecer, una pintura suya de 1807 –“Interior de una cocina”- estaría elaborada con parte de esos restos orgánicos. Al menos esto se infiere de las declaraciones de un hombre llamado Schunck, y que fueron recogidas por G. Lenôtre en Le Temps el 19 de diciembre de 1905. 


   
Relicario que guardaba los restos del corazón de Luis XIV    





















Sin embargo, al parecer el pintor no usó todo el corazón real. En 1837 se conservaba lo que quedaba de él en un relicario de plata en la iglesia de Nuneham Courtenay. 

William Buckland (1784-1856), eminente geólogo y teólogo visitó esta iglesia. Buckland tenía una gran fama de excéntrico y de probar todos los manjares que podía, sin hacer ascos a los más extraños y repugnantes. Cuando vio el relicario, que le habían abierto para que pudiera observar la reliquia dijo: 
- 'Yo he comido muchas cosas extrañas, pero nunca me he comido el corazón de un rey'
Y antes de que nadie pudiese impedirlo ya se había comido un trozo.  

No todos creen la sorprendente leyenda de Buckland y lo achacan a su fanfarronería. Las leyendas sobre el corazón de Luis XIV están llenas de contradicciones y es posible que se encuadren más en la propaganda de los partidarios de la monarquía, que intentaban denostar a la Revolución, que a hechos constatables. 

Sea como sea las peripecias atribuídas al corazón del rey son rocambolescas y teatrales. Como teatral fue durante la vida del Rey Sol su corte en el palacio de Versalles.