viernes, 6 de abril de 2018

No escupir en el suelo!







Aviso de una fábrica textil 

"No escupir"
(finales del s.XIX)

Papel impreso
Colección particular. Terrassa. 



Este cartel -que nos puede parecer curioso actualmente- estaba situado en el interior de una fábrica textil catalana a finales del s. XIX. En aquel momento, el grado de cultura y de educación de la población obrera era muy bajo. Era frecuente arrojar las basuras directamente a los ríos, tirar papeles al suelo u orinar en las esquinas. Y por supuesto escupir por la calle, o en los interiores de fábricas, teatros o incluso en las iglesias, donde en alguna ocasión hemos podido ver todavía advertencias similares. 

Para ilustrar lo habitual que era esta práctica, comentaré una anécdota que sucedió en el último cuarto del s. XIX en uno de los pasillos del Hospital de la Santa Creu de Barcelona. En aquel tiempo, los catedráticos de Universidad tenían un gran poder que les permitía literalmente hacer lo que quisieran. Un día un profesor de la Facultad de Medicina, vestido con su larga bata blanca escupió en el suelo en uno de los pasillos de la institución. Una mujer de la limpieza, con más sentido común que el ilustre médico, le recriminó su actitud y le dijo: 
- Qué vergüenza! Un médico escupiendo al suelo!
El profesor, airado por lo que consideraba una insolencia, tuvo la desfachatez de girarse para contestar: 
- Sí, señora! Catedrático! Y de Higiene! 

Escupidera
Pero además de ser un acto grosero y de mala educación, escupir al suelo es un acto que ponía en serio riesgo la salud de los demás, dado que gran parte de la población había tenido contacto con la bacteria causante de la tuberculosis y que podía activarse durante un proceso infeccioso y transmitirse a otra persona a través de los esputos. Por eso era habitual disponer de escupideras en los rincones, recipientes en los que se permitía escupir. Hasta los años 60 del siglo 20 era habitual encontrar estos recipientes de porcelana o loza en los rincones de oficinas y locales públicos.

Escupidera alemana 

Pero estos malos modales poco higiénicos estaban muy arraigados entre el pueblo llano. Como ejemplo de la poca formación en materia sanitaria de aquellos años recordemos un párrafo de la coetánea Dra. González Barrios:
"La existencia de los microbios es puesta en duda aun por gente de cierta cultura, y por eso no reparan en escupir en vías públicas y en besar a los niños; no toman precauciones frente a los enfermos de tuberculosis, coqueluche, tifoidea…. También se desconoce la acción vectora de los insectos y no se protegen lo suficiente contra las moscas, ni persiguen las pulgas, los chinches y otros parásitos”.  

Por eso no es de extrañar que en las fábricas y otros lugares públicos menudearan este tipo de advertencias, intentando salvaguardar la higiene pública. 






jueves, 5 de abril de 2018

El pene torcido de La Peyronie






Jacint Rigau 
(Hyacinthe Rigaud) 

Retrato de François Gigot 
de La Peyronie


Óleo sobre lienzo 144 x 114 cm
Sala del Consejo. Facultad de Medicina. Montpellier




François Gigot de La Peyronie (1678-1747) fue un famoso cirujano francés, fundador de la Academia de Cirugía. Natural de Montpellier, recibió su primera formación en Medicina y Cirugía en la reputada Universidad de su ciudad natal, obteniendo su título a los 19 años. 

Pronto su prestigio llegó a oídos del rey y Luis XIV ordenó su traslado a la corte como primer demostrador de anatomía en el Jardín del Rey, en el que realizaba disecciones de diversos animales para la ilustración de la corte.  Más tarde ocupó el cargo de primer cirujano real (1719). Era por tanto quien se ocupaba de las frecuentes sangrías a las que se sometía el monarca, servicio por el que se le concedió un título aristocrático (1721). 


Grabado representando a
François Gigot de la Peyronie
El favor que le dispensaba la corona le permitió realizar su proyecto: dar a la profesión médica un verdadero valor científico. Con permiso real creó  las Asambleas académicas de cirugía (1731) que con el tiempo se transformarían en Sociedad académica de Cirugía (1739) bajo su presidencia. 

La Peyronie publicó diversos trabajos, e incluso intentó encontrar el lugar del cerebro en donde residía el alma (Observations sur les maladies du cerveau, par lesquelles on tâche de découvrir le véritable lieu du cerveau dans lequel l’âme exerce ses fonctions). Pero no es recordado por eso, sino por la descripción de una enfermedad especial caracterizada por un encorvamiento e induración del pene característico, la induratio penis plastica, y que desde entonces se conoce como enfermedad de La Peyronie. 

La  enfermedad de La Peyronie, es un trastorno  del tejido conectivo que afecta a la túnica albugínea del pene. Conceptualmente es una cicatriz patológica  que puede ocasionar retracción del pene en estado de reposo y curvatura durante la erección, que es dolorosa. Se trata de una enfermedad progresiva, que en estados avanzados comporta dificultades o imposibilidad de penetración e impotencia. El impacto psicológico de todo ello es importante. 

Sigue siendo un enigma explicar su etiología ya que todas las hipótesis siguen siendo inciertas. Se asocia en muchos casos con diabetes. También se ve en un 34% de los casos con induración de la palma de las manos (enfermedad de Dupuytren) o de la planta de los pies (enfermedad de Leederhose). Los objetivos del tratamiento son: aliviar el dolor, mejorar la incurvación y detener la progresión de la enfermedad. En una primera fase se emplean tratamientos médicos, como vasodilatadores, pero con una eficacia muy limitada. Hace tiempo también se usaban infiltraciones locales de cortisona, aunque eran muy dolorosas y de escaso efecto. También pueden usarse ondas de choque de baja energía. En fases avanzadas se puede plantear una intervención quirúrgica, aunque debe decirse que no existe un tratamiento eficaz para todos los casos.

En definitiva, La Peyronie describió una enfermedad que -si bien es poco frecuente- causa una gran preocupación y molestias a los que la padecen. 





miércoles, 4 de abril de 2018

Investigar el cáncer con ostras







Osias Beert

Bodegón con ostras y 
copas de vino 
(1620)

Óleo sobre tabla 43 x 54 cm  
Museo del Prado. Madrid 



El género del bodegón alcanzó una gran aceptación en los años del barroco, hasta el punto que tuvo muchos pintores especializados en esta temática (Osias Beert, Jan Steen, Luis Meléndez...). En muchos de estos cuadros aparecen platos de ostras, que debió ser un manjar frecuente en la época, especialmente en Flandes. Comenzamos hoy con uno de estos cuadros en el que, además de las ostras, aparece una mosca sobre el pan, que como ya dijimos en otra entrada sirve para dar profundidad al cuadro, aumentar el ambiente cotidiano y poner de manifiesto el virtuosismo del pintor. 

Jan Steen: Muchacha comiendo ostras
(1658-1660)

Los bodegones con ostras continuaron representándose después y fue un tema recurrente hasta nuestros días. Pero no vamos a tratar hoy mucho de pintura, sino de las propias ostras, que sorprendentemente presentan algo en común con el hombre. Y no me refiero a gustos gastronómicos sino a una proteína común, la VDAC. Esta sustancia sería la responsable del efecto Warburg (del nombre de Otto Warburg, su descubridor), que produce la proliferación de células cancerosas en humanos. 


En oncología, la denominación de efecto Warburg hace referencia al hecho de que la mayor parte de las células cancerosas producen energía principalmente en el citosol, por un proceso de glicólisis anaeróbica, es decir, gracias altas tasas de glicólisis seguidas por un proceso de fermentación láctica; en vez de producir energía por la vía de oxidación anaeróbica del piruvato en las mitocondrias ¡como es lo habitual en la mayor parte de las células normales. Este último proceso hace uso del oxígeno como aceptor final de electrones en la cadena respiratoria. Las células malignas tienen, típicamente, unas tasas de consumo de glucosa unas 200 veces mayores que las de las células normales que les dieron origen; y esto ocurre aún con un aporte pleno de oxígeno. Otto Warburg postuló que este cambio en el metabolismo es la causa fundamental del cáncer.

Osias Beert: Ostras (1610)
Las ostras también tienen esta proteína, pero en su caso, el efecto Warburg (que es irreversible en humanos) puede ser detenido o reactivado, en función de su entorno. El medio en el que viven las ostras es en efecto muy cambiante. Según las mareas, la ostra vive en un medio marino o en un medio aéreo, con todas las diferencias de temperatura que esto implica, que pueden ir de 32 ºC durante la marea baja a pleno sol a los 13 ºC en marea alta y a los 2ºC en marea baja durante la noche. La ostra no posee sistemas de regulación de temperatura y depende totalmente de la temperatura exterior. El efecto Warburg también se detiene o se reactiva en función de la temperatura. 


George Braque: Bodegón con ostras (1937)
La investigadora Charlotte Corporeau publicó este descubrimiento en 2014 en la revista Journal of proteomics. Antes de dedicarse al estudio de la biología marina, Corporeau se había dedicado a la biología médica. En 2010, los ostreicultores estaban preocupados por la mortalidad masiva de las ostras. Corporeau se centró en el posible papel del herpesvirus OsHV-1, y durante sus experiencias se dió cuenta que la proteína VDAC de las ostras podían modular el efecto Warburg. 


Luis Meléndez.
Bodegón con ostras, ajos huevos, perol y jarra (1772)
Museo del Prado. Madrid
Este tema ha suscitado un vivo interés por parte de los científicos que investigan el cáncer. Se podría conseguir algún día las facultades de la proteína VDAC que el hombre tiene en común con las ostras? 

De momento, las ostras siguen cerradas, guardando su críptico secreto entre sus valvas. Habrá que seguir investigando.  



Edouard Manet: Ostras (1862)
National Gallery of Art,  Washington































Bibliografía

Corporeau Ch, Tamayo D, Pernet F, Quére C, Madec S. (2014) Proteomic signatures of the oyster metabolic response to herpesvirus OsHV-1 μVar infection. Journal of Proteomics 109:176-187

Gatenby RA; Gillies RJ (2004). Why do cancers have high aerobic glycolysis?. Nature Reviews Cancer 4 (11). 

Kim JW, Dang CV (2006). Cancer's molecular sweet tooth and the Warburg effect. Cancer Res. 66 (18): 8927-8930.


Warburg O (1956). On the origin of cancer cells. Science 123 (3191): 309-314.


martes, 3 de abril de 2018

Las momias tatuadas de Gebelein






Momias de Gebelein
(5500 a.C.)


Restos humanos
British Museum. Londres 



Gebelein es una ciudad cercana a Luxor en donde se han encontrado algunos importantes restos de las épocas más remotas de la civilización egipcia, correspondientes al período predinástico y de las primeras dinastías. El yacimiento fue explorado por primera vez en 1884, pero fue sobre todo Schiapparelli y el equipo del Museo Egipcio de Turín los que efectuaron importantísimos descubrimientos durante el primer tercio del s. XX. Sus pinturas murales, muy arcaicas, son de extraordinaria importancia. También destacan los cadáveres allí hallados, momificados de forma natural, sin embalsamamientopreservados por la salinidad y la aridez del desierto desde su muerte hace 5.000 años.

Algunas de las momias de época predinástica (4000-3100 aC) encontradas en Gebelein forman parte de la colección del Museo Británico, de Londres. Hace poco, un nuevo examen de dos momias de la colección de este museo ha revelado que la piel de estos cuerpos está tatuada con dibujos de animales y otros iconos. 

Se trata de los tatuajes figurativos y más antiguos conocidos hasta la fecha y demuestran que la práctica de tatuar el cuerpo ya se practicaba en África un milenio antes de lo pensado. El descubrimiento se ha publicado en el Journal of Archaeological Science. Hasta ahora se creía que los tatuajes en Egipto solamente se daban en momias femeninas del Valle del Nilo (generalmente sacerdotisas), pero este hallazgo ha demostrado que no. Según los egiptólogos, los tatuajes serían un atributo de personas con poder social o religioso, aunque este tema está todavía por demostrar. 

Los tatuajes —que parecen manchas oscuras a simple vista— se han podido estudiar con detalle al realizar un análisis con luz infrarroja. Dos de ellos representan figuras animales y están ligeramente superpuestas en el brazo superior de una momia. Una de estas figuras podría ser un toro, en el que se aprecian cuernos y una larga cola, y la otra un carnero de Berbería, con la cornamenta curva. Se han encontrado en la piel de la momia de un hombre de unos 18-21 años de edad, que murió de forma violenta, a causa de una puñalada en la espalda, y que, según la datación por radiocarbono, debió de vivir entre 3.351 y 3.017 a. C., esto es, antes de que el primer faraón unificase la región hacia 3.100 a.C. El toro, en la época predinástica simbolizaba el poder o la virilidad. El significado simbólico del cordero es menos claro y desconocemos por ahora su significado. 

La otra momia es de una mujer, y tiene tatuadas cuatro líneas con forma de S en el hombro derecho y otra línea con forma de L en el brazo, que según la hipótesis defendida por la mayoría de  arqueólogos se identificaría con un bastón ritual, que se encuentra frecuentemente en el arte de la época. Estos tatuajes son los más antiguos que se han encontrado hasta la fecha en una mujer. En un varón, los tatuajes más antiguos siguen siendo los de Ötzi, el hombre que apareció congelado en el glaciar de Smilaun, en los Alpes. Él también murió en el cuarto milenio antes de Cristo, pero sus tatuajes son geométricos, de líneas verticales y horizontales, no figurativos.

En ambos cuerpos, conocidos como las momias de Gebelein, el pigmento usado en los tatuajes es hollín y llega hasta la dermis. En las proximidades del yacimiento se han hallado algunas herramientas (agujas de cobre, puntas de hueso, espinas de acacia...) que podrían haber sido usadas para la realización de los tatuajes.


Escena ritual en una cerámica predinástica
de Gebelein. La serie de "S" es similar al tatuaje
de la espalda encontrado en la momia femenina. 
Las momias han sido estudiadas con todos los métodos científicos a nuestro alcance en la actualidad, como la tomografía computarizada, la datación por radiocarbono y la fotografía con infrarrojos. 

Estas dos momias son parte de una colección de siete encontradas en el mismo yacimiento, y las únicas con tatuajes. Todas salvo una fueron enterradas en posición fetal sobre su costado izquierdo, como era típico de la época.

Las momias tatuadas de Gebelein demuestra que la práctica del tatuaje se realizaba en Egipto mil años antes de lo que se creía hasta ahora. También demuestran que el tatuaje no era exclusivo de mujeres, sino que también los hombres se tatuaban. Los motivos de los tatuajes también han sido de gran interés: además de las figuras animales, se han encontrado motivos geométricos que también han encontrado en su cultura material, similares a las que pueden verse en algunas cerámicas de la zona. 



World's Oldest Tattoos (Not Ötzi) Found On Egyptian Mummy (Mar. 2, 2018)







lunes, 2 de abril de 2018

Un ángel de pelo en pecho





Veit Stoss 

La Anunciación (detalle)
(1518)

Talla de madera policromada
Iglesia de St Lorenzo (Lorenzkirche). Nuremberg



En la mayoría de los casos, la representación de personajes velludos en las obras de arte conlleva una connotación negativa. El personaje peludo acostumbra a ser un malvado. El vello es un símbolo para expresar esta maldad, un código de señales que nos advierte de la mala catadura del tipo. Esta connotación peyorativa del vello ha sido usada para denostar a los enemigos políticos, como judíos o comunistasAlgo similar pasa con algunas enfermedades de la piel, como hemos podido ver repetidamente incluso en personajes cinematográficos. El vello representa algo salvaje, que nos acerca a las bestias, y en cambio el cuerpo lampiño es algo más espiritual, más elevado, mejor. 

J. van Hemessen: San Jerónimo, con notable vellosidad
 corporal, en una de las tablas del tríptico de San Sebastián.
Musée du Petit-Palais, París. 

Naturalmente toda regla tiene alguna excepción. La excepción más nítida es la de los santos ermitaños, como San Onofre, San Pablo ermitaño, San Jerónimo o San Juan Bautista. En estos casos, se supone que los eremitas, sumidos totalmente en sus arrobos místicos y meditaciones, abandonan el cuidado de su cuerpo perecedero. A los repetidos ayunos y penitencias que practican se les une un cierto descuido corporal, simbolizado por un cuerpo hirsuto, que lejos de manifestar maldad, certifica que su tiempo está más ocupado en los asuntos espirituales que en los terrenales. Esto también es válido para el sexo femenino, y algunas santas como Santa María Magdalena o Santa María Egipcíaca -también retiradas a hacer penitencia en una ermita- aparecen en la iconografía habitual con largas greñas y un vello corporal muy abundante, aspecto que ya hemos comentado en algunos de los artículos de este blog. 

Viet Stoss: La Anunciación (visión completa) 
Lorenzkirche, Nuremberg
Pero hemos encontrado otra excepción, si bien mucho más puntual y anecdótica. Se trata de unos sorprendentes angelitos velludos. Los ángeles en cuestión son unos angelitos auxiliares (lo que en  italiano se denominan putti) que revolotean acompañando al arcángel Gabriel en una escena de Anunciación suspendida sobre el presbiterio en la iglesia de St. Lorenz de Nuremberg. 

Algunos de ellos tañen instrumentos de música. Presentan el cuerpo totalmente cubierto de vello, dejando libres solamente la cabeza, las manos y los pies. El vello en cuestión forma así una especie de abrigo adherido al cuerpo. Hemos visto esta representación del vello corporal en algunas imágenes de la Magdalena en algunos países de Europa Central, pero nunca lo hemos encontrado en ángeles.

Tilman Riemenschneider:
Asunción de Sta. María Magdalena (1490).
Procedente del Altar Mayor de Münnerstadt
Museo Nacional de Baviera
La Anunciación de la Lorenzkirche es una talla en madera de Veit Stoss, un escultor polaco establecido en Nuremberg. Precisamente su origen nos da una pista sobre la manera de resolver iconográficamente la representación de la pilosidad corporal. En Polonia son bastante habituales las imágenes de María Magdalena que se presentan cubiertas de vello en un modelo muy similar al de los putti de Nuremberg, como la que adjuntamos aquí, obra de Tilman Riemenschneider, que se puede ver en el Museo Nacional de Baviera. Se trata de una imagen totalmente cubierta de vello, a excepción de cara y manos.

Hombres salvajes protectores, con el cuerpo
totalmente cubierto de vello.
Capilla del Condestable. Catedral de Burgos. 
¿Cuál es el simbolismo o la justificación del extraño vello angelical? ¿No es un contrasentido dotar a un espíritu puro y celestial de algo terrenal e impuro como la pilosidad corporal abundante? Es posible que la explicación deba buscarse en una hibridación con una figura apotropaica y protectora como es la del salvaje medieval. En este caso se trataría de un personaje que protege las puertas de ciudades y edificios, alejando de ellas el mal. Presenta un cuerpo totalmente velludo, de cabeza a los pies, lleva barba y greñas y va armado, generalmente con una clava. Pero es un personaje bondadoso que nos defiende de posibles peligros y agresiones. Puede que el ángel peludo participe en cierto modo de los atributos del salvaje, indicando su papel protector y benéfico. 

Aunque confieso que no estoy totalmente seguro de esta hipótesis, por más que lo intento no se me ocurre otra interpretación que justifique la presencia de vello en un ángel. 

¿Y a vosotros? 









domingo, 1 de abril de 2018

El hombre de Cro Magnon tenía neurofibromatosis








Philippe Charlier, Benmoussa N, Froech Ph, Huynh-Charlier I, Balzeau A.

Reconstrucción virtual en 3D de la cara del Hombre de Cro Magnon 

Reconstruída a partir del cráneo 
Cro Magnon 1 del 
Musée de l'Homme. París.




La denominación de «Hombre de Cro Magnon» designaba inicialemente un conjunto de restos fósiles de Homo sapiens descubiertos en 1868 en el yacimiento de Cro-Magnon en Eyzies-de-Tayac (Dordogne, Francia), de donde proviene también su nombre (cros quiere decir "hueco" en occitano, aludiendo a la pequeña gruta donde se hallaron los restos y magnon es un aumentativo de grande). Se encontraron 5 esqueletos (3 hombres, una mujer y un niño). Se les calcula una antigüedad de unos 28.000 años. 

Abrigo de Cro-Magnon, donde se hallaron los esqueletos en 1868
Coincidiendo con el 150 aniversario de su descubrimiento, un equipo de investigadores, dirigido por el médico y antropólogo Philippe Charlier y el paleoantropólogo Antoine Balzeau han realizado un detallado estudio del cráneo del esqueleto 1 de Cro-Magnon, conservado en el Museo del Hombre de París. 

Molde del cráneo de Cro-Magnon 
Los resultados de su estudio han sido publicados en la revista The Lancet el 31 de marzo de 2018. Lo más sorprendente de las conclusiones a las que han llegado de los científicos, el hombre de Cro Magnon 1 presentaba una enfermedad genética, una neurofibromatosis tipo 1.  En esta enfermedad se desarrollan un gran número de tumores benignos periféricos, tanto superficiales como profundos (neurofibromas) y presencia de manchas "de color café con leche" sobre la piel. 

Los investigadores llegaron a este diagnóstico tras someter al cráneo a una exploración con micro-scanner en el Museo de Historia Natural. Encontraron una lesión osteolítica poliquística en la zona frontal que  erosionaba la cortical ósea (37 x 27 mm). No había esclerosis periférica, lo que excluía la posibilidad de que se tratara de un tumor maligno. El conducto auditivo interno izquierdo también estaba alterado, previsiblemente a consecuencia de un tumor que se había desarrollado en esta zona. Compararon sus datos  con los de diversas colecciones anatómicas y patológicas de Francia, especialmente con el cráneo 101 de la colección Texier, de Amiens, que presentaba características similares. Se plantearon algunos diagnósticos como actinomicosis y histiocitosis de células de Langerhans, pero al final  llegaron a la conclusión de que correspondía a un neurofibroma (y el tumor del conducto auditivo a un posible schwanoma).  La coexistencia de ambos tumores suele verse en los casos de neurofibromatosis de Recklinghausen tipo 1. 
Las ilustraciones que adjuntan los autores
  en la publicación de The Lancet. Obsérvese, arriba,
la clara erosión ósea que causó el tumor frontal
En 1882 el patólogo alemán Friedrich Daniel von Recklinghausen realizó una completa descripción de la clínica de la neurofibromatosis, que desde entonces aparece vinculada a su nombre. Actualmente se diferencian diversas formas de esta enfermedad. La neurofibromatosis tipo 1 (NF1) es un transtorno hereditario autosómico dominante, por alteración del cromosoma 17. Si uno de los progenitores la padece se tiene un 50% de posibilidades de desarrollar la enfermedad. Pero también puede aparecer como una mutación genética, sin antecedentes familiares previos, en un óvulo o en un espermatozoide en el que aparecen problemas de un gen con una proteína llamada neurofibromina. 

Friedrich D. von Recklinghausen 
Basándose en la proposición diagnóstica de neurofibromatosis, el equipo que había estudiado el cráneo de Cro Magnon 1 realizó una reconstrucción realista de la cara de este hombre de mediana edad, teniendo en cuenta su patología. Uno de los miembros del equipo era Philippe Froesch que ya ha realizado otras reconstrucciones faciales de personajes históricos basándose en datos arqueológicos o paleopatográficos (Robespierre, MirabeauTutankhamon...) Según este modelo, la cara del hombre de Cro-Magnon 1 aparece llena de neurofibromas: un gran nódulo sobre la frente, otros más pequeños en los arcos superciliares, otros localizados en las proximidades de la nariz y de los labios. De acuerdo con las concepciones previas, la cara del hombre de Cro-Magnon aparece también con una espesa barba.  

Una imagen que introduce sin duda notorios cambios de percepción en el modelo que hasta ahora teníamos de los primeros Homo sapiens.

Bibliografía
Charlier Ph, Benmoussa N, Froech Ph, Huynh-Charlier I, Balzeau A. Did Cro-Magnon 1 have neurofibromatosis type 1? The Lancet 2018; 391: 1259 DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)30495-1 
Balzeau, A, Grimaud-Hervé, D, Détroit, F, Holloway, RL, Combès, B, and Prima, S. First description of the Cro-Magnon 1 endocast and study of brain variation and evolution in anatomically modernHomo sapiensBull Mem Soc Anthropol Paris2013251–18
Kühnisch, J, Set, J, Lange, C et al. Multiscale, converging defects of macro-porosity, microstructure and matrix mineralization impact long bone fragility in NF1. PLoS One20149e86115
Brosius S. A history of von Recklinghausen’s NF1. J Hist Neurosci 2010; 19: 333–48. 

Pérez-Pelegay J. Apuntes sobre la historia de la neurofibromatosis tipo I (enfermedad de Von Recklinghausen) Piel, 2006,; 21: 4-8


Kitamura, K, Senba, T, and Komatsuzaki, A. Bilateral internal auditory canal enlargement without acoustic nerve tumor in von Recklinghausen neurofibromatosis. Neurofibromatosis1989247–52